En Hiperderecho apostamos por el feminismo

En los últimos meses, hemos estado publicando contenido en nuestras redes sociales sobre nuestra investigación sobre la violencia de género en línea, un proyecto que toma una perspectiva feminista para entender las características de la violencia de género virtual en el país. En respuesta, algunas personas que siguen nuestro trabajo nos han enviado preguntas sobre cuál es la conexión entre tecnología y feminismo. Así que en este artículo, queremos conversar sobre cómo el trabajo que realizamos en Hiperderecho busca aportar a la lucha feminista en Perú.

En Hiperderecho, creemos que la tecnología es una herramienta con gran potencial para desarrollar oportunidades para la inclusión y transformación social desde un enfoque de equidad. Gran parte de nuestro trabajo involucra identificar oportunidades para que grupos que han sido históricamente excluidos o discriminados, como las mujeres peruanas o la comunidad LGBTIQ+, encuentren en internet un espacio seguro para potenciar y adquirir nuevas capacidades.

Sin embargo, aún existen una serie de amenazas y barreras que evitan que estos grupos aprovechen al máximo este potencial. Por ello, detallamos tres puntos a tomar en cuenta para una mayor comprensión de nuestra posición y propuesta de trabajo: el acceso desigual a internet, el número de mujeres en las áreas de tecnología y la violencia de género.

¿Por qué enfocarnos en el feminismo?

En nuestra historia como país, el movimiento feminista ha tenido que enfrentar grandes obstáculos en su lucha por promover la igualdad de oportunidades. Nosotros creemos que podemos aportar a esa lucha ayudando a cerrar las brechas que involucran el uso de la tecnología.

Primero, debemos de recordar que no todas las personas en Perú cuentan con acceso a Internet. Al analizar las estadísticas de la brecha digital según género encontramos que Internet sigue siendo más utilizado por hombres que mujeres. El 54,7% de hombres hacen uso de Internet, mientras que solo el 47,3% de las mujeres accede a este servicio. Es decir, los espacios virtuales tienden a estar dominados por voces masculinas y eso puede llevar a que la representación de mujeres, grupos minoritarios y sus intereses no se vean representados de igual manera.

Segundo, las mujeres ocupan un porcentaje inferior en las áreas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas. En el Perú, solo 3 de cada 10 ingresantes a estudios de pregrado en estas carreras son mujeres. En parte esto se debe a que culturalmente se cree que las mujeres no tienen las competencias para afrontar los retos que se presentan en estas carreras, por lo que son profesiones dominadas por hombres. Es por ello que cuando las mujeres logran acceder a estos espacios, deben de enfrentar dinámicas de poder que las colocan en posiciones de desigualdad no por sus capacidades – sino por el hecho de ser mujeres.

Finalmente, Perú es el tercer país del mundo con mayor incidencia en delitos de violencia contra la mujer. Ocupamos el octavo puesto en feminicidios en América Latina y somos uno de los lugares más hostiles para personas LGBTIQ+. Esto implica que en nuestro país existen grupos en situación de vulnerabilidad que enfrentan discriminación, violencia y exclusión que complica su acceso y uso de la tecnología, con lo cual se les limita su desarrollo de capacidades y libertades.

Teniendo estos puntos en cuenta, y al ser una organización civil que lucha por la protección de derechos en espacios digitales, es fundamental que precisemos nuestra posición de enfrentar y brindar el soporte necesario a la lucha feminista. Somos conscientes que no podemos abarcar toda la agenda feminista peruana, pero sí podemos empezar por informar sobre o desarrollar proyectos que busquen solucionar estos problemas – como es el caso de nuestro proyecto sobre violencia de género en línea.

¿Por qué conversar de un internet feminista?

Entendemos la violencia de género en línea como toda violencia basada en género que se lleve a cabo o se agrave por el uso de las tecnologías de la información y comunicación. Esta violencia afecta de manera específica a las mujeres y personas que no respondan con las demandas de una sociedad machista, heteropatriarcal y binaria. Además esta violencia guarda relación y se intensifica con otros mecanismos de exclusión social como la discriminación por orientación sexual, raza, identidad étnica y opinión política.

En ese sentido, es importante reconocer que la violencia que ocurre en redes tiene su propia dinámica y que puede intensificarse debido a características propias de Internet – como el anonimato de las personas agresoras, la permanencia del contenido y su rápida difusión- que no fueron creadas con este propósito, sino con la idea de gozar de un espacio que permite a las personas usuarias desarrollarse en libertad.

Por eso consideramos que es fundamental reapropiarnos de las tecnologías con la finalidad de (re)construir un espacio donde las personas puedan expresarse de manera segura y libre. Es en este punto donde el activismo cumple un gran rol, al fomentar y cuestionar el desarrollo de un internet feminista que brinde igualdad de oportunidades y un espacio libre de todo tipo de violencia para todas las personas que lo usen.

Es importante recalcar que un internet feminista no es sólo para mujeres. Invitamos a los hombres que nos siguen a cuestionar cómo los roles que cumplen en línea están apoyando o no a la violencia que se ejerce en línea. Y no es necesario golpear a una persona para ser un agresor – hay hechos que podrían parecer simples como pasar el pack, burlarse de argumentos en pro de la igualdad de género o menospreciar las opiniones de otras personas solo porque son mujeres, que también son violencia.

Trabajemos en comunidad

En los próximo meses vamos a lanzar el primer informe de Perú sobre la violencia de género en línea y el centro de auto-defensa digital feminista Tecnoresistencias. Además, seguimos trabajando para ser mediadores entre las plataformas intermediarias y las personas usuarias de Internet que puedan estar enfrentando algún tipo de violencia de género, y permanecemos vigilantes del accionar del estado respecto a las normas y plataformas que planteen en temas relacionados a los derechos de las mujeres, comunidad LGBTIQ+ y tecnología.

Creemos que para poder realizar nuestro trabajo es importante seguir construyendo una comunidad sólida que se interese por cómo la tecnología afecta o potencia los derechos de las personas. En ese sentido, este post también busca ser un llamado para juntar esfuerzos. Si te interesa poder realizar alguna actividad, conversar o quieres reportar un caso por favor puedes ponerte en contacto con nosotros aquí.

Finalmente, queremos reconocer el trabajo que tanto mujeres como miembros de la comunidad LGBTIQ+ han realizado y lo siguen haciendo con el objetivo de reclamar espacios y justicia. Su trabajo es fundamental para el descontrucción de ideas establecidas y asumidas como únicas, para así proponernos nuevas metas como sociedad.

Foto: Antonio Marín Segovia (CC BY-NC-ND)

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