Estamos cumplimiendo con medidas de distanciamiento social obligatorio para disminuir el ritmo del contagio del Covid-19 desde marzo. Bajo esta nuevo contexto, gran parte de la población trabaja desde casa, estudia a distancia, se reúne virtualmente, o simplemente pasa su tiempo libre en línea. Para muchas personas, esto ha significado empezar a utilizar Internet y/o realizar un mayor uso de este, ya sea por razones profesionales o personales.
Todo ello conlleva a una constante preocupación por la eventual congestión de la red. Ante lo cual, casi desde el inicio del distanciamiento surgieron invocaciones a usar Internet de forma “responsable”. Esta campaña fue iniciada por el gobierno, pero rápidamente se sumaron empresas operadoras y de telecomunicaciones pidiendo a la población que limitemos el uso que hacemos de Internet, bajo la consigna de que existe una mejor o peor manera de usarlo durante la cuarentena.
El mensaje tan reiterativo de un «uso responsable de Internet» nos hace cuestionarnos si es posible para estos actores determinar e indicar cómo y cuándo podemos usarlo, incluso en un contexto de crisis. Lo cual debería de colocarnos en una posición de alerta, para evitar que esto se convierta en un precedente donde el sector privado y/o estatal tengan el poder de limitar nuestra libertad en el espacio digital. En especial en un contexto donde Internet es una gran herramienta para cubrir necesidades básicas.
Directora de Activismo
Comunicadora para el Desarrollo de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Máster en Estudios de la Mujer en la Unviersidad de Ottawa (Canadá).