IDENTIFICA
En varias regiones de Latinoamérica tenemos claro que la violencia de género en internet es real y nos estamos movilizando para erradicarla.
👇Acá te contamos sobre algunas de las iniciativas y lo que nos gusta de ellas:
🌸Data.Cuenta de TEDIC: En esta plataforma interactiva se visibilizan, miden y conocen las experiencias de violencia que han sido mediadas por la tecnología. Por medio de un formulario individual podrás identificar si has enfrentado algún tipo de acoso o discurso de odio en línea y encontrar información para entender lo que esto significa.
Identificar la violencia es el primer paso para tomar acción. Estas herramientas son útiles para entenderla y para darnos cuenta de que no estamos solas.
🌸Alerta Machitroll: es una iniciativa fundada por la organización Karisma con el ánimo de identificar Machitrolls en línea. Estas son personas a las que les encanta las agresiones y la violencia en linea entorno a contenido feminista en internet. Están inundando nuestros espacios digitales con comentarios machistas, sexistas y misóginos.
Necesitamos de la alerta Machitroll para poder identificar este tipo de violencia y poder detenerla.
🌸Acoso.online: la.bot, iniciativa liderada por acoso.online, y está creada para apoyarte al momento de enfrentar un caso de difusión de contenido sin consentimiento en Internet. Está diseñada específicamente para dar información a las víctimas y a personas cercanas que buscan recursos de apoyo.
Esta iniciativa nos encanta, porque utiliza la anonimidad de la bot para dar seguridad e información valiosa.
8 de 10 mujeres nos dijeron que a pesar de la violencia, continúan usando las mismas plataformas y redes sociales. Ya sea para trabajar, estudiar, para hacer activismo o por una resolución de no abandonar espacios que también les pertenecen. Por eso, hablar de la violencia de género en línea no es solo reconocerla, sino también crear nuevas estrategias para quedarnos en este espacio y resistir 💪.
Viaja a Resiste: para conocer estrategias de seguridad digital para defendernos de este tipo de ataques .
Viaja a Denuncia: el Perú es uno de los pocos países en donde este tipo de violencia es un delito y puedes denunciar.
A pesar de que el uso de internet es cada vez más necesario, muchas de las personas que sufren violencia en línea se ven obligadas a cambiar sus hábitos para proteger su seguridad y evitar nuevas formas de acoso sexual o persecución política.
Algunos de los cambios que registramos son:
🎤 Autocensura. Alrededor de un tercio afirmó que ya no sigue publicando el mismo tipo de contenido después de algún acto de agresión.
🎤 Acceso en desigualdad de condiciones. Más de la mitad de las personas que entrevistamos cambió su frecuencia de uso de internet, afirmando que si cierran sus perfiles en redes sociales temporalmente o cambian sus hábitos es porque quieren evitar los sentimiento negativos que le generan los ataques. Esto es un factor que afecta la brecha de género digital también.
🎤 Pérdida de confianza en el entorno. Más del 60% de las personas que entrevistamos cambió su manera de relacionarse con los demás. La violencia genera una pérdida de confianza en la red de contactos y en las comunidades donde se originó la relación de agresor y víctima. También lleva a que nos relacionemos menos con personas que piensan diferentes a nosotras.
Así, la violencia en línea también vulnera nuestro derecho que tenemos a acceder a internet en igualdad de condiciones sin ser discriminadas por ello y sin que se invada nuestra privacidad. Revisa los derechos que tienes en internet.
La violencia en línea es real. Afecta a las mujeres de maneras muy profundas. y tiene un impacto psicológico y emocional muy fuerte en quienes la sufren. Nos hace daño y lo sentimos en el cuerpo y en la mente.
☔ Estado permanente de alerta. También existe la sensación de tener que estar constantemente alerta, pegados al celular todo el tiempo o «por lo menos una hora al día» para poder responder el gran volumen de mensajes.
Sin embargo a estas personas les resulta casi imposible deshacerse de las agresiones, sobre todo las que llegan por medio de ataques coordinados: “No nos da la vida para responder todo”.
☔ Daño emocional. Las personas entrevistadas expresaron sentimientos relacionados con tristeza, ansiedad, estrés, pánico, inestabilidad emocional y hasta pensamientos auto-destructivos que finalmente las obligan a auto-censurarse o distanciarse de ciertos temas o relaciones por auto-protección.
☔ Agotamiento mental. Las personas manifestaron estar cansadas y agotadas por cómo les “quitaba tiempo” y gastan las energías el lidiar con esta violencia. Además, expresaron sentimientos paralizantes como la frustración, impotencia, la indiferencia o la resignación manifestado por medio de frases como: “Ya me daba igual, ya no me importaba tanto”; “ya no me interesa opinar, detrás de una computadora siento que no vamos a llegar a mucho”.
☔ Sensación de inseguridad física. Las personas que viven violencia en línea “sienten miedo” debido a amenazas de violencia física que reciben en internet. En ocasiones tienen que pedir a familiares o amigos que las cuiden o acompañen en espacios públicos.
📝Los ataques masivos coordinados se caracterizan por la organización y ejecución en masa de “campañas” o “estrategias” coordinadas para atacar una persona, una publicación, una organización o una página pública. Estos ataques se organizan dentro de grupos cerrados, los agresores utilizan perfiles falsos y planean distintas actividades de acoso, que incluyen llamadas, visitas a domicilio, denuncias policiales, o la baja de sus perfiles.
Este tipo de violencia es sumamente estratégica: al ejercer violencia de manera coordinada, masiva y anónima es bastante más complejo reportar a los agresores.
Es común que cuando el blanco de ataque es una activista o personaje público ataquen sus canales de expresión, busquen la baja de su página o publicaciones y la suplantación de identidad para realizar campañas de desprestigio.
En los ataques coordinados se persigue ejercer violencia psicológica: buscando humillar, avergonzar o aislar a la persona de sus personas cercanas en contra de su voluntad. La angustia por perder acceso a canales de expresión o la sensación de estar constantemente vigilada contribuyen a que la o las personas atacadas no puedan continuar con el normal desarrollo de su vida cotidiana.
Mediante estos ataques también se incita a la violencia física: promoviendo la violación sexual o alentando al suicidio a personas con enfermedades de salud mental.
Los ataques coordinados utilizan la tecnología de una forma coordinada y sofisticada. Además, explotan las debilidades de las normas comunitarias de las redes sociales, así como vulnerabilidades en la seguridad digital de les usuaries.
Por lo general se apoyan en estrategias coordinadas basada en el uso de datos personales, la suplantación de identidad, el acceso no autorizado a cuentas y las pocas barreras que existen para dar de baja a los canales de expresión de otras personas en redes sociales.
Además, es común que en los ataques coordinados se aproveche la posibilidad de operar bajo anonimato (utilizando perfiles falsos o seudónimos) que dificultan identificar a los agresores.
Recuerda que la seguridad digital te puede ayudar a protegerte de este tipo de violencia.
Los ataques coordinados no están tipificados como un delito específico. Sin embargo, si logras identificar a los agresores puedes perseguirlos bajo el delito de Acoso. Lee más sobre cómo denunciar acoso aquí.
📝Esta modalidad consiste en ingresar a cuentas personales mediante el robo de contraseñas o la intervención de dispositivos de una persona. Esta modalidad de violencia es utilizada para capturar datos personales de las víctima o imágenes íntimas, que luego pueden ser utilizadas para ejercer otro tipo de violencia: la difusión de contenido íntimo sin consentimiento (DIISC).
Este tipo de violencia amenaza el derecho a la privacidad de las mujeres y personas LGBTIQ+. Recuerda que tenemos derecho a no ser objeto a injerencias arbitrarias a nuestra privacidad, ni de ataques a nuestra honra o reputación. Además, es importante notar que el acceso se realiza para capturar información personal con la que pueden hacernos daño, y ejercer o incitar violencia psicológica, sexual y física hacia una persona en específico o su entorno cercano.
Las personas que nos quieren hacer daño persiguen el acceso no autorizado precisamente para tener acceso a esta información. Se aprovechan de dos hechos: la cantidad inmensa de información que conservamos en nuestras cuentas y dispositivos, y las vulnerabilidades de seguridad digital que permiten un acceso no autorizado. Como dice la activista ciberfeminista Candy Rodriguez, nuestros dispositivos nos conocen mejor que nosotras mismas. Ahí conservamos nuestros secretos, la expresión de nuestra identidad y la información que utilizamos para ejercer nuestros derechos.
Recuerda que la seguridad digital te puede ayudar a protegerte de este tipo de violencia.
📝Este tipo de violencia involucra circular información falsa, manipulada o fuera de contexto para descalificar, dañar o perjudicar la trayectoria, credibilidad e imagen pública de una persona o grupo.
En todos los casos, las víctimas fueron enfáticas en la pobre respuesta de las redes sociales para identificar las campañas de desprestigio y proteger a las personas afectadas
Este tipo de violencia amenaza el derecho a la privacidad de las mujeres y personas LGBTIQ+. El desprestigio buscan humillarnos, avergonzarnos o aislarnos de nuestras personas cercanas en contra de nuestra voluntad, así ejerciendo violencia psicológica. Tenemos derecho a no ser objeto a injerencias arbitrarias a nuestra privacidad, ni de ataques a nuestra honra o reputación.
El desprestigio se utiliza también para menoscabar específicamente los derechos de activistas y colectivas que luchan por la igualdad de género y los derechos LGBTIQ+ a la libertad de expresión. Estos ataques no sólo ponen a los miembros del colectivo en una situación de vulnerabilidad, sino también a todes las seguidores de la página que recurren a la organización para buscar apoyo frente a situaciones de abuso o violencia de tipo sexual.
Por medio de la circulación de información falsa, pueden estar perpetuando situaciones de violencia de género.
Al amenazar con campañas de desprestigio, están mandando el mensaje de que ese contenido viajará de forma rápida e inmediata, y que será accesible en internet de manera permanente por incontables personas y dispositivos.
📝Este tipo de violencia se refiere al uso y/o falsificación de la identidad de una persona sin su consentimiento, por medio de la creación de perfiles falsos que utilizan la imagen o información de una persona u organización. La persona agresora roba o duplica la identidad virtual de la víctima, con el objetivo de circular información falsa adoptando su identidad o acercarse a su círculo cercano. El objetivo pueden variar desde buscar dañar la reputación de una persona, hasta intimidar a la víctima haciéndola sentir que pueden apropiarse de su información.
El robo de identidad busca vulnerar el derecho de las mujeres y personas LGBTIQ a existir también en estos espacios. Además, el robo de identidad se utiliza para circular información falsa en nombre de la víctima y así desprestigiarla, buscando humillarla, avergonzarla o aislar a la persona de sus personas cercanas en contra de su voluntad, así ejerciendo violencia psicológica.
En este caso, se aprovecha la posibilidad de usar seudónimos en internet para suplantar identidades. Además, se explotan las debilidades de las normas comunitarias de las redes sociales, así como vulnerabilidades en la seguridad digital de les usuaries.
Por ejemplo, les agresores reportan a la cuenta que quieren robar. Las redes sociales, al estar obligadas a tomar en cuenta todos los reportes, eliminan la cuenta, creando un vacío en el que el agresor procede a crear de manera fácil y barata un nuevo perfil utilizando el nombre de la víctima. Es bueno que existan pocas barreras para que podamos participar y denunciar a agresores dentro de las redes sociales, pero es importante tomar en cuenta cómo los vacíos en estas reglas están siendo utilizados para hacernos daño.
Recuerda que la seguridad digital te puede ayudar a protegerte de este tipo de violencia.
📝A la difusión de información o datos personales sin consentimiento se le conoce como doxxing. Un dato personal no se limita a un dato “íntimo”, sino incluye cualquier información que pueda ser usada para identificarnos, como nuestro nombre completo, información de contacto o domicilio. La práctica consiste en investigar, recopilar y difundir los datos personales sobre una persona que fue específicamente seleccionada con un objetivo concreto.
Además de ser una invasión a la privacidad e intimidad, la difusión de datos personales es utilizada para incitar al daño a las personas. En Conocer para Resistir encontramos que les agresores usan la información disponible en internet para formular sus amenazas. Manifiestan que “ya saben dónde vive”, y así sugieren que las están vigilando y que las pueden ubicar. También se utilizan datos para amenazar a familiares. En este sentido, se le puede considerar un facilitador de violencia física, violencia psicológica o violencia sexual hacia mujeres y personas LGBTIQ+.
La difusión de datos personales es posible dado al gran acceso que existe de nuestros datos y nuestra información en internet. Encontramos que las personas agresoras se valen de distintos métodos legales e ilegales para obtener datos personales, desde obtener fichas de identidad personal en páginas del Estado hasta el acceso no autorizado de dispositivos. Luego de conseguir los datos, los distribuyen de manera pública con la finalidad de intimidar a las víctimas o los utilizan para demostrarle a la víctima que la tienen vigilada.
Estos actos fueron mencionados reiteradamente como uno de los principales mecanismos previos a otras formas de ataques más comunes como el acoso, las amenazas y los ataques coordinados.
📝Este tipo de violencia consiste en la difusión sin consentimiento de fotos, videos, datos personales de carácter íntimo que obtuvo con consentimiento. Se le conoce coloquialmente como “porno-venganza” o “pornografía no consentida.” – pero no nos gusta llamarla así. Preferimos llamarla por su nombre: difusión de imágenes íntimas sin consentimiento.
Es generalmente llevada a cabo por ex parejas, o parejas. Está relacionada con actos de chantaje sexual (pero no es lo mismo; son delitos distintos ☝️), cuando la persona agresora amenaza con difundir material íntimo que se ha registrado dentro del contexto de una relación sentimental para conseguir algo a cambio. Lee más sobre chantaje sexual aquí.
Este tipo de violencia tampoco se debe confundir con el sexting. Aunque el ‘sexting’ — o el intercambio de contenido erótico o íntimo por aplicaciones de mensajería— es uno de los escenarios en los que un potencial agresor podría tomar posesión de este tipo de material, el sexting no es un tipo de violencia, sino una expresión de la sexualidad. La violencia solo se da si se traiciona el pacto de confianza que existe entre estas personas.
Sí, es una forma de violencia sexual que vulnera la intimidad y el derecho de las personas a decidir sobre cómo vivir su vida sexual en internet. Además, la violencia no solo se comete al momento de difundir la foto, si no se reproduce cada vez que alguien entra en contacto con la foto, la reenvía y maltrata a la persona que aparece en el material, juzgando la libre expresión de su sexualidad en internet.
Como se indica en los principios de Yogyakarta, la vigilancia sobre la sexualidad continúa siendo una fuerza principal detrás de la perpetuación de la violencia basada en género y la desigualdad de género. Este tipo de violencia sólo es posible en una sociedad machista donde se continúa castigando la sexualidad femenina.
Al igual que en chantaje sexual, las personas que difunden contenido íntimo se apoyan en cómo la tecnología facilita la viralización de contenido para coaccionar a sus víctimas. Al amenazar con la difusión de imágenes íntimas, están mandando el mensaje de que ese contenido viajará de forma rápida e inmediata, y que será accesible en internet de manera permanente por incontables personas y dispositivos.
Cuentan además con que una vez que el contenido se propague internet, sería virtualmente imposible darlo de baja, afectando la reputación y el bienestar de la persona a quienes quieren dañar a largo plazo.
Esta es una de las cuatro violencias reconocidas en el código penal como delitos. Lee más sobre cómo denunciar difusión de imágenes íntimas sin consentimiento.
📝El chantaje sexual involucra utilizar la tecnología para amenazar e intimidar a una persona y obtener de ella una conducta o acto de connotación sexual. Esto incluye amenazar a personas con la difusión de imágenes íntimas u otras formas de violencia para obligarlas a realizar actos sexuales o evitar el rechazo a invitaciones sexuales.
Sí, el chantaje sexual es una forma de violencia sexual, que vulnera el derecho de las personas a decidir sobre su vida sexual por medio del uso de la intimidación o coerción. Al igual que en el acoso sexual, no se requiere el contacto o la cercanía física para calificar como este tipo de violencia.
En este caso, las personas que realizan chantaje sexual se apoyan en cómo la tecnología facilita la viralización de contenido para coaccionar a sus víctimas. Al amenazar con la difusión de imágenes íntimas, están mandando el mensaje de que ese contenido viajará de forma rápida e inmediata, y que será accesible en internet de manera permanente por incontables personas y dispositivos. Cuentan además con que una vez que el contenido se propague internet, sería virtualmente imposible darlo de baja.
Sí, el chantaje sexual es una de las cuatro violencias reconocidas en el Código Penal como delitos. Lee más sobre cómo denunciar chantaje sexual aquí.
📝Este tipo de violencia involucra recibir mensajes, imágenes o videos con expresiones y contenido en tono violento o agresivo, que manifiestan explícitamente la intención de hacerle daño a esta persona, sus seres querido/s, o sus bienes. Resaltaron los testimonios sobre amenazas de violencia física o sexual explícitas a partir del rechazo a solicitudes sexuales.
Sí, sobre todo cuando las amenazas se apoyan en discursos de género que buscan menoscabar los derechos de mujeres y la comunidad LGBTIQ+. Las amenazas forman parte de lo que también se considera violencia psicológica porque involucran insultos relacionados al aspecto físico de una persona, su inteligencia, sus capacidades, etc, humillaciones y/o la desvalorización de su trabajo u opiniones. En otros casos, las amenazas también invocan o mencionan la posibilidad de violencia física.
En el caso de amenazas, es común que vengan acompañadas del uso de los datos personales de la víctima. Les agresores usan la información disponible en internet para formular sus amenazas, manifestándole que “ya saben dónde vive” o mediante sugerencias de que las están vigilando y que las pueden ubicar.
De esta manera, utilizan los datos y la tecnología para generar la sensación de vigilancia y dar credibilidad a sus amenazas. Esto se vuelve abrumador para quienes reciben las amenazas. Al estar siendo vigiladas, viven bajo un constante estado de alerta porque creen que el cumplimiento de la amenaza es inminente. Además, es común que acosadores se apoyen en el anonimato para poder realizar las amenazas amparades por la impunidad.
Las amenazas en línea no están tipificadas como delito, pero estas conductas, a pesar de tener características distintas, califican dentro del delito de Acoso. Lee más sobre cómo denunciar aquí.
📝El acoso sexual consiste en utilizar la tecnología para vigilar, perseguir, hostigar, asediar o buscar establecer contacto o cercanía con una persona para llevar a cabo actos de connotación sexual. Al igual que en el acoso, no se requiere que la conducta se haya realizado varias veces. Una vez es suficiente para alterar el desarrollo de nuestra vida cotidiana, perturbando nuestra tranquilidad. Por ejemplo, escribir mensajes de texto pidiendo fotografías íntimas es una conducta de acoso sexual.
Sí. El acoso sexual es una forma de violencia sexual. Aunque el acoso sexual no involucre ningún tipo de contacto físico, sí puede involucrar la exposición sin consentimiento a material íntimo y además, vulnera el derecho de las personas a decidir sobre su vida sexual por medio del uso de la intimidación o coerción.
En nuestra investigación encontramos que hay mujeres que se han enfrentado al acoso sexual incluso cuando han estado buscando oportunidades laborales o cuando visitan foros públicos y su identidad como mujeres es visible.
Al igual que en acoso, el acoso sexual se apoya en las características de la tecnología para generar proximidad a las víctimas. Además, las personas agresoras se apoyan en la facilidad de registrar y enviar contenido íntimo por medio de la tecnología, o el acceso a datos personales para acercarse a la víctima y hacerle solicitudes sexuales. Además, es común que acosadores se apoyen en el anonimato para poder realizar realizar estos actos de manera impune.
Sin embargo, recordemos que la tecnología también nos permite romper esta cercanía y alejar a les agresores por medio de varias herramientas. Aquí te contamos más.
Sí, esta es una de las cuatro violencias reconocidas en el código penal como delitos. Lee más sobre cómo denunciar aquí.
📝El acoso en línea consiste en que una o varias personas utilicen la tecnología para vigilar, perseguir, hostigar, asediar o buscar establecer contacto o cercanía con una persona de tal modo que pueda alterar el normal desarrollo de su vida cotidiana.
No es necesario que la conducta sea reiterada, continua o habitual para que sea considerada acoso y reciba una sanción. Una sola vez es suficiente para alterar el desarrollo de nuestra vida cotidiana, perturbando nuestra tranquilidad. Por ejemplo, escribir mensajes en sus redes sociales a una activista con insultos y amenazas de violación, o que un compañero de trabajo escriba mensajes insultantes, son conductas de acoso.
Sí, especialmente cuando el acoso se apoya en discursos o motivaciones basadas en el género. Puede ser considerada una forma de violencia psicológica que afecta el bienestar y la salud mental de quien la sufre, e involucra conductas que pueden ocasionar daño psíquico por medio de amenazas, insultos relacionados al aspecto físico de una persona, su inteligencia, sus capacidades, etc, humillaciones o la desvalorización de su trabajo u opiniones. En muchos casos, mensajes de acoso también invocan o mencionan la posibilidad de violencia física.
El acoso en línea se puede dar por medio de mensajes privados y/o comentarios públicos, por medio de diversas redes sociales o aplicaciones de mensajería. En este caso la tecnología cumple un rol de generar proximidad entre la persona que acosa y la persona que recibe los mensajes.
Mientras otros tipos de acoso exigen una cercanía física entre ambas personas, el acoso en línea supera esta barrera y pueda establecer contacto de manera inmediata con la víctima. Además, es común que acosadores se apoyen en el anonimato para poder realizar estos actos bajo una sensación de impunidad. Sin embargo, recordemos que la tecnología también nos permite romper esta cercanía por medio de varias herramientas.
Aquí te contamos más.
Si, esta es una de las cuatro violencias reconocidas en el Código Penal como delitos. Lee más sobre cómo denunciar aquí.
Afecta a las mujeres de maneras muy profundas. Las agresiones que se manifiestan en el mundo virtual, además de vulnerar los derechos de miles de mujeres y cuerpos disidentes que usan internet, también decantan en experiencias de violencia: desde amenazas de violencia física hasta daño psicológico.
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En el Perú, existe una serie de discursos en el imaginario colectivo que busca mantener la dominación o superioridad del hombre heterosexual y por tanto expresan odio, desprecio, denigración, cosificación o discriminación en contra de la mujer o cuerpos e identidades que son percibidos como femeninos. Estos discursos, muchas veces, están basados en estereotipos de género.
📝 Los estereotipos de género son atributos, características y valoraciones específicas asignadas diferenciadamente a hombres y mujeres según lo que la sociedad cree que es lo correcto o lo adecuado. Los estereotipos son dañinos porque refuerzan creencias que luego no nos permiten expresarnos de forma plena y libre. Más bien, limitan nuestras posibilidades de formar y mostrar nuestra identidad e intereses en todos los espacios.
Por eso, cuando uses redes sociales, debes reflexionar sobre si quieres utilizarlas para reforzar o romper los estereotipos vigentes sobre qué es o cómo debe comportarse una mujer o un hombre.
👉 Por ejemplo, si compartes una publicación que sugiere que solo las mujeres son hábiles en la cocina, mientras que solo los hombres son hábiles en matemáticas, estás reforzando estereotipos y difundiendo creencias en las que otras personas se basan para rechazar y discriminar mujeres que quieren estudiar ciencia y a hombres que les gusta cocinar.
Aunque crees que solo estás compartiendo una publicación, estás participando de un ciclo que evita que las personas sean libres de escoger cómo quieren usar sus habilidades y capacidades.
Tú puedes ser agente de cambio y lograr que Internet sea cada vez un espacio más seguro y libre para ti y las demás personas. Recuerda que tienes el derecho a compartir tus gustos e intereses en las redes sociales. Las demás personas que te rodean – en este caso, tus contactos de redes sociales – deben siempre respetarte.
Es importante aprender a reconocer estereotipos de género en bromas, comentarios u opiniones, porque pueden convertirse en violencia. Si alguien te empieza a excluir, rechazar, intimidar, humillar o dañar cuando expresas tus intereses, personalidad o identidad, o solo porque eres mujer, estás ante una situación violenta.
🚨 Muchas veces estos comentarios pueden provenir de personas cercanas a ti, como tus familiares o tus amistades cercanas. A pesar de la confianza que les tengas, si te hacen sentir miedo o incomodidad, busca ayuda.
Entre las violencias basadas en estereotipos más comunes encontramos:
📝 Discriminación. Acciones que buscan excluir a una persona por sus características físicas, identidad de género (siendo las personas de la comunidad LGTBI las más afectadas), opiniones, entre otros.
📝 Acoso virtual. Acciones que buscan cierto acercamiento con una persona, sin que ella lo solicite, a través de mensajes enviados por redes sociales haciendo referencia a las características de su identidad, corporalidad y/o expresiones.
💬 Discurso machista y/o misógino. Se caracteriza por aludir a la supuesta superioridad del hombre o por la intención de controlar o dominar a las mujeres. El discurso misógino es más agresivo, y expresa odio y desprecio hacia las mujeres. Ambos aluden a la apariencia física de las mujeres, su estado mental y su sexualidad, y menosprecian la agencia y autonomía de las mujeres. Además, manifiestan un deseo explícito por ejercer violencia física o sexual en contra de la mujer o inclusive, le desean la muerte.
👉 Los comentarios humillantes sobre el cuerpo de las mujeres también son machismo. ¿Y si las chicas dejamos de burlarnos de otras compañeras o compañeros porque son muy altas, bajas, delgadas, gordas u alguna otra característica física?
👉 La culpabilización a las mujeres también es violencia: “¿Por qué van vestidas así por la calle si no quieren que las acosen?” Estos comentarios normalizan el acoso sexual callejero en vez de culpar a la persona agresora. Además, busca regular la vestimenta y el derecho a libre tránsito de las niñas, adolescentes y mujeres, discriminando las del espacio público.
💬 Discurso homofóbico y LGBTIQ-fóbico. Ataca a la comunidad LGBTIQ+ y a contenido que desafía la heteronormatividad. Usan mensajes humillantes que buscan ridiculizar y deslegitimar la orientación sexual e identidad de género de las personas. Son comunes sobre todo en el caso de mujeres lesbianas o de mujeres trans. También, las amenazan con violencia sexual explícita.
🌈 Ojo a los comentarios: Si alguna vez escuchas algún comentario que diga que las personas LGTBI no merecen acceso a recursos educativos o trabajo, estás frente a un discurso discriminatorio. Este discurso pretende invisibilizar el derecho a una vida digna a estas personas por el simple hecho de no ser heterosexuales y/o personas cisgénero.
💬 Discurso racista. Ataca la identidad cultural o étnica de mujeres indígenas andinas, amazónicas y/o afro-descendientes. Los ataques hacen referencia a su apariencia y/o rasgos físicos y utilizan adjetivos despectivos sobre su capacidad intelectual. También atacan contenido que busca la reivindicación racial y étnica.
👉 El racismo también se manifiesta de una forma más “sutil” y algunas veces lo podemos normalizar, por ello es importante poder identificarlo. Por ejemplo, si te burlas de alguien por la apariencia de su cabello rizado y grueso, llamándolo “desordenado(a)” o “cabello de loco(a)” o lo comparan con ciertos animales, estás menospreciando y deshumanizando un rasgo característico de la comunidad afroperuana. Y, con ello, fomentando un discurso racista. Nunca olvides que todos merecemos respeto y nuestro origen étnico jamás debe ser motivo de burla.
💬 Discurso anti-derechos. Rechaza la agenda pro-derechos humanos. Ataca temas relacionados a la violencia de género, la defensa de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, la legalización del aborto y la defensa del enfoque de género en políticas públicas, entre otros. Está sobre todo presente cuando se realizan ataques coordinados a grupos activistas.
💬 Discurso anti-feminista. Este discurso rechaza específicamente el uso de la palabra ‘feminismo’ y las agendas del movimiento. Los insultos incluyen comparaciones con grupos terroristas, insultos clasistas, uso de comentarios para deslegitimar la agenda feminista. Entre los comentarios más graves encontramos: amenazas de dominar o silenciar a estos grupos por medio de la violencia sexual.
Recuerda que en Internet puedes expresar tus opiniones, pero el límite es la violencia que puedas ejercer contra otra persona. Podemos ser divertidas sin utilizar lenguajes, palabras, signos o imágenes que discriminen a otras personas. Relaciónate sin insultos y sin estereotipos de género.
Sí. Utilizar discurso de odio es una forma de violencia psicológica que se apoya de amenazas e insultos relacionados al aspecto físico, inteligencia y capacidades de una mujer. En la mayoría de discursos identificamos, el deseo por ejercer violencia física y/o sexual sobre mujeres o la comunidad LGBTIQ+, demostrando que la violencia virtual tiene relación con la posibilidad de violencia física.
Todos estos discursos de odio guardan relación con y son manifestaciones de dinámicas de violencia y exclusión que vemos en espacios no digitales. En ese sentido, erradicar la violencia de género en internet nunca va a involucrar desconectarnos o dejar de usar la tecnología. La violencia es un problema social y estructural, y requiere la transformación social de nuestro país.
A pesar de que este tipo de lenguaje está explícitamente prohibido en la mayoría de redes sociales, lo encontramos tanto en foros públicos como privados. Encontramos que:
En todos los casos, los ataques se apoyan de la proximidad que genera la tecnología y la rápida viralización de los mensajes para generar un mayor impacto.
En el Perú, existe una serie de discursos y comportamientos que expresan odio, desprecio o discriminación en contra de la mujer o de cuerpos e identidades que son percibidos como femeninos.
Para identificar cuando la violencia en línea se convierte en violencia de género en línea busca estas señales:
💥 Los temas que reciben ataques. El contenido que defiende la participación y la articulación social de las mujeres y la comunidad LGBTIQ+ recibe violencia. Ejemplos incluyen opiniones políticas y sociales, adhesiones al movimiento feminista, la publicación de fotos donde el cuerpo de las mujeres y personas LGBTIQ+ son visibles, la expresión de la sexualidad y apoyo por la igualdad de género.
💥 La represión del activismo feminista. La violencia en línea es usada para silenciar o reprimir opiniones relacionados a la equidad social entre géneros, los derechos sexuales y reproductivos. Los activistas feministas y defensores de los derechos de las mujeres, LGBTIQ+ y de la igualdad de género son les más afectades.
💥 Las mujeres son las más atacadas. Esto incluye a mujeres cis en su diversidad, personas de la comunidad LGBTIQ+, o cualquier cuerpo que existe y se expresa fuera de las directrices machistas, patriarcales y heteronormativas de la sociedad peruana. En el Perú, 88% de la mujeres han sido el objeto de los ataques de violencia en línea documentados.
💥Es interseccional. La violencia en línea no solo se apoya en el machismo, si no también en el racismo, la homofobia, la transfobia, el clasismo, la xenofobia, entre otras. Eso significa que en el Perú, la violencia en línea también afecta a mujeres y personas LGBTIQ+ de origen indígena o afro, que defienden su origen étnico, su historia y su corporalidad en internet.
Vive la vida y no dejes que la vida te viva
El perfil de las personas agresoras en internet varía según los motivos y las maneras cómo ejecutan actos violentos, pero una de las cosas que comparten son los discursos y conductas que utilizan para silenciar o intimidar a personas en espacios digitales. Aunque muchas veces no sepamos quienes son, podemos ayudarnos entre nosotras a identificar quién nos podría hacer daño por internet.
😡 El anónimo. La mayoría de casos de VGL se ejercen por desconocidos o personas que operan de manera anónima. Es posible que quienes agreden conozcan o tengan algún tipo de relación con las víctimas pero no los podemos reconocer porque usan perfiles falsos.
😡 La pareja o el ex. Estos actores utilizan la violencia en línea para vigilar, dominar o ejercer control sobre sus ex parejas o parejas actuales. Muchas de las dinámicas sobre cómo se observa y controla al cuerpo en espacios no virtuales, se reproducen por medio de herramientas tecnológicas.
😡 El amigue machitroll. La violencia también viene de «amigues». Las personas cercanas a y con acceso a nuestros datos personales, también pueden usar la tecnología para hacernos daño. Utiliza la alerta machitroll 🚨🚨🚨 para identificar y sacar a estos sujetos de tu vida.
😡😡😡 Las manadas virtuales: La violencia también se ejerce por grupos organizados. Sabemos que se unen por distintos motivos: políticos, sociales o religiosos, pero comparten el deseo por demostrar su poder en internet. Operan de manera conjunta para acosar, divulgar datos personales y reportar de manera sistemática los perfiles de redes sociales de sus víctimas.
👾 Anonimato. El anonimato desinhibe y genera soltura para actuar de manera libre y sin miedo a repercusiones. Puede ser una ventaja para activistas que lo aprovechan para evitar la vigilancia. Pero también puede ser aprovechada por agresorxs que lo usan para no ser identificadxs. Esto los coloca en una posición de poder frente a personas cuya identidad sí está expuesta en internet y crea un ambiente de impunidad.
👾 Proximidad. Internet acorta las distancias y nos conecta de manera efectiva y rápida con amigues, familiares o colaboradores alrededor del mundo. Pero una distancia más corta significa que podemos recibir agresiones de personas que están lejos. La proximidad hace que quienes viven violencia en internet se sientan constantemente vigiladas.
👾 Propagación. En internet el contenido se puede viralizar. Si le envías un archivo o un mensaje a una persona, esa persona puede enviarselo a 10, 100 o 500 personas de manera simultánea e inmediata. Esto significa que campañas de desprestigio, los insultos, la difusión de imágenes íntimas o ataques coordinados, también viajan más lejos y más rápido.
👾 Permanencia. Una vez que un usuario sube contenido a internet, es casi imposible eliminarlo. Para hacerlo necesitas que una empresa o plataforma intermediaria lo elimine de donde está alojado. Además, aunque se llegue a eliminar el contenido, existe la posibilidad de que esté almacenado en los dispositivos de muchos otros usuarios que lo pueden continuar propagando. En ese sentido, la violencia en internet no ocurre sólo una vez. El daño se genera cada vez llega otro mensaje violento y se sostiene mientras el contenido se pueda encontrar en línea
👾 Accesible y de bajo costo. En Perú, usar internet es cada vez más posible y más barato. Puede que nuestros agresores se conecten, pero nosotras también estamos ahí tanto para disfrutar de la tecnología como defendernos de sus ataques.
👀 Las violencias no aparecen solas. Coexisten y se apoyan entre sí. Por ejemplo, un caso de acoso puede empezar con insultos, pero luego escala y puede terminar en robo de identidad o un ataque coordinado. Reconocer esto no debe asustarnos.
Más bien, nos permite identificar puntos de entrada a la violencia, y las estrategias que utilizan los agresores para debilitar, abrumar y perjudicarnos. También nos permite organizar estrategias de defensa o contra-ataque.
👀 El valor de los datos personales. Las personas que buscan hacernos daño en internet utilizan información personal, como nuestras direcciones, centros de trabajo o nombres de nuestros familiares, para ejercer o incitar violencia. Por ejemplo, se utilizan los datos para hacer más creíbles las amenazas de violencia física, anunciando que ya saben dónde y cómo encontrarnos.
Es importante reconocer esto porque nos permite crear estrategias de cuidado de datos personales para resistir y defendernos de la violencia en internet.
👀 ¡Buena noticia! 4 tipos de violencia en línea ya son delito en el Perú. Desde septiembre del 2018, el acoso, acoso sexual, chantaje sexual y difusión de imágenes íntimas son reconocidas como delitos en el Perú, según nuestro Código Penal. Esta es una super herramienta que tenemos a nuestro favor para defendernos de este tipo de violencia.
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Si respondiste sí a estas cinco preguntas, puede que estés ante un caso de violencia de género en Internet.
La violencia de género en línea (VGL) o violencia de género digital son conceptos que usamos para referirnos a acciones violentas en Internet, que han sido motivadas por creencias y/o actitudes discriminatorias basadas en el género. Este tipo de violencia se comete o agrava por el uso de tecnologías de la información y comunicación. Es tan real como cualquier otro tipo de violencia y causa daño físico, psicológico y/o sexual.