A pesar de que el uso de internet es cada vez más necesario, muchas de las personas que sufren violencia en línea se ven obligadas a cambiar sus hábitos para proteger su seguridad y evitar nuevas formas de acoso sexual o persecución política.
Con cada ataque que vivimos en internet, habrán menos mujeres en internet y por lo tanto menor representación de nuestras voces y nuestros intereses en este espacio.
Algunos de los cambios que registramos son:
🎤 Autocensura. Alrededor de un tercio afirmó que ya no sigue publicando el mismo tipo de contenido después de algún acto de agresión.
🎤 Acceso en desigualdad de condiciones. Más de la mitad de las personas que entrevistamos cambió su frecuencia de uso de internet, afirmando que si cierran sus perfiles en redes sociales temporalmente o cambian sus hábitos es porque quieren evitar los sentimiento negativos que le generan los ataques. Esto es un factor que afecta la brecha de género digital también.
🎤 Pérdida de confianza en el entorno. Más del 60% de las personas que entrevistamos cambió su manera de relacionarse con los demás. La violencia genera una pérdida de confianza en la red de contactos y en las comunidades donde se originó la relación de agresor y víctima. También lleva a que nos relacionemos menos con personas que piensan diferentes a nosotras.
Así, la violencia en línea también vulnera nuestro derecho que tenemos a acceder a internet en igualdad de condiciones sin ser discriminadas por ello y sin que se invada nuestra privacidad. Revisa los derechos que tienes en internet.