📝Este tipo de violencia consiste en la difusión sin consentimiento de fotos, videos, datos personales de carácter íntimo que obtuvo con consentimiento. Se le conoce coloquialmente como “porno-venganza” o “pornografía no consentida.” – pero no nos gusta llamarla así. Preferimos llamarla por su nombre: difusión de imágenes íntimas sin consentimiento.
Es generalmente llevada a cabo por ex parejas, o parejas. Está relacionada con actos de chantaje sexual (pero no es lo mismo; son delitos distintos ☝️), cuando la persona agresora amenaza con difundir material íntimo que se ha registrado dentro del contexto de una relación sentimental para conseguir algo a cambio. Lee más sobre chantaje sexual aquí.
Este tipo de violencia tampoco se debe confundir con el sexting. Aunque el ‘sexting’ — o el intercambio de contenido erótico o íntimo por aplicaciones de mensajería— es uno de los escenarios en los que un potencial agresor podría tomar posesión de este tipo de material, el sexting no es un tipo de violencia, sino una expresión de la sexualidad. La violencia solo se da si se traiciona el pacto de confianza que existe entre estas personas.
¿Es violencia de género?
Sí, es una forma de violencia sexual que vulnera la intimidad y el derecho de las personas a decidir sobre cómo vivir su vida sexual en internet. Además, la violencia no solo se comete al momento de difundir la foto, si no se reproduce cada vez que alguien entra en contacto con la foto, la reenvía y maltrata a la persona que aparece en el material, juzgando la libre expresión de su sexualidad en internet.
Como se indica en los principios de Yogyakarta, la vigilancia sobre la sexualidad continúa siendo una fuerza principal detrás de la perpetuación de la violencia basada en género y la desigualdad de género. Este tipo de violencia sólo es posible en una sociedad machista donde se continúa castigando la sexualidad femenina.
¿Cómo se utiliza la tecnología?
Al igual que en chantaje sexual, las personas que difunden contenido íntimo se apoyan en cómo la tecnología facilita la viralización de contenido para coaccionar a sus víctimas. Al amenazar con la difusión de imágenes íntimas, están mandando el mensaje de que ese contenido viajará de forma rápida e inmediata, y que será accesible en internet de manera permanente por incontables personas y dispositivos.
Cuentan además con que una vez que el contenido se propague internet, sería virtualmente imposible darlo de baja, afectando la reputación y el bienestar de la persona a quienes quieren dañar a largo plazo.
¿Es delito?
Esta es una de las cuatro violencias reconocidas en el código penal como delitos. Lee más sobre cómo denunciar difusión de imágenes íntimas sin consentimiento.