Hace unos días se hizo muy conocido el foro Morbo en la Combi cuya lamentable finalidad era compartir las rutas de transporte público en las que podían encontrar a escolares, universitarias o chicas en general a las cuales acosar. En este espacio, los usuarios describían con mucho detalle las “experiencias” que tenían, para lo cual indicaban: horario, punto de partida / llegada, lugares donde subían más mujeres y cómo lograban aproximarse a la víctima para poder tocarla. Sin lugar a dudas, un acto asqueroso, repugnante y violento.
Internet es un espacio donde las normas sociales son negociadas y plasmadas como una extensión de las reglas de convivencia aceptadas por una sociedad (en nuestro caso, una sociedad machista, donde los hombres tienen una posición de superioridad respecto a las mujeres). Por eso, en este post quiero reflexionar sobre cómo el espacio que brinda Internet puede ser usado para plasmar la violencia social hacia las mujeres.
¿Por qué surgen espacios virtuales en los cuales se continúa violentando a la mujer?
La respuesta superficial es pensar que si este tipo de actos se propician a través de alguna plataforma digital (página web, grupo de Facebook, chat de WhatsApp), al eliminarla el problema podría desaparecer. Pero lo que debemos de recordar es que Internet nos proporciona diversas herramientas que son usadas por nosotr@s mism@s, lo cual implica que depende de cada persona decidir cómo, cuándo, por qué, para qué y sobre qué va a generar cierto contenido. Es decir, el problema es social no tecnológico. En el caso presentado, los hombres que compartían información en el foro se han organizado como una comunidad que se encuentra respaldada por las prácticas sociales de trasgresión del espacio privado y vulneración de los derechos de las mujeres.
¿Entonces, qué hacemos?
En este caso, el foro ha sido dado de baja por no cumplir con las condiciones generales de uso del servidor gratuito que lo alojaba (no publicar contenido violento, de carácter sexual o pornográfico). Sin embargo, existen muchas otras páginas con el mismo o peor contenido, y muchas son muy difíciles de rastrear. Debemos de recordar que todo lo que se muestra en nuestro querido ciberespacio es solo un reflejo de lo que pasa día a día en nuestra sociedad. Si deseamos acabar con este tipo de foros, debemos de ir al raíz del problema. Es decir, educarnos bajo una perspectiva en la cual tanto mujeres y hombres tengamos un igual ejercicio de nuestros derechos. Especialmente, donde los hombres entiendan que silbar, puntear, meter la mano y mirar lascivamente son acciones que limitan el uso del espacio público de las mujeres y que no son acciones que se relacionan con su virilidad.
El caso de Morbo en la Combi nos deja dos lecciones importantes: es un ejemplo claro de que el machismo ocupa un lugar significativo en los espacios virtuales y que existe una relación estrecha entre lo que se avala socialmente, se difunde en medios sociales y se replica en la realidad. Sin embargo, debemos de recordar que Internet es un espacio con un gran poder de transformación, en la medida que facilita el ejercicio de nuestra ciudadanía, nos permite expresarnos y cuestionar su uso en pro de una mejora social.
Directora de Activismo
Comunicadora para el Desarrollo de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Máster en Estudios de la Mujer en la Unviersidad de Ottawa (Canadá).
Y aún siguen, pero en diferentes redes..