
Entre el 20 y el 22 de febrero, participamos en el evento “CTRL+J LATAM: tech and journalism in the global south”. El primer conversatorio de una serie de diálogos que tiene como objetivo medir las oportunidades y desafíos para el periodismo frente a las transformaciones tecnológicas en el Sur Global.
Este primer conversatorio de la serie CTRL+J se desarrolló en São Paulo, Brasil, y permitió informar, conectar, y sentar las bases para la colaboración Sur-Sur. El evento no hubiera sido posible sin la organización de AJOR (Asociación de Periodismo Digital), Momentum – Journalism and Tech Task Force, en alianza con IFPIM (Fondo Internacional para Medios de Interés Público), y el apoyo de Luminate.
Desde Hiperderecho estuvimos presente en las discusiones, junto periodistas, abogad@s y especialistas en derechos humanos y tecnología, por lo que en esta nota hacemos un recuento de las principales reflexiones.
¿Cómo las grandes plataformas alteran el acceso a la información y el periodismo?
Hacer un trabajo periodístico, que implica investigación de información de calidad, revisión de diversas fuentes, redacción, y control de veracidad sobre las noticias, es cada vez más difícil en el mercado de las redes sociales y las plataformas de entretenimiento.
El profit de las plataformas es en buena medida la publicidad, y (especialmente) la publicidad personalizada, para lo cual necesitan recolectar datos; y (por ende) que usuari@s consuman más contenido y permanezcan más tiempo en la aplicación. Esto ha generado un interés en los gigantes tecnológicos de plataformas de entretenimiento y redes sociales de promover contenido en formato acelerado, corto, que sea fácil y sencillo de consumir. Este modelo de negocio, además de tener impactos en la libertad de expresión y pluralismo informativo, tiene también un impacto en el trabajo de periodistas y el acceso a la información pública de calidad.
De acuerdo con el Digital News Report 2024 de Reuters Institute y la Universidad de Oxford, de un análisis de 47 mercados en 6 continentes, la mayor proporción de personas que usa TikTok para informarse de noticias se encuentra en el Sur Global. De hecho, Perú es el sexto país que más consume TikTok para informarse. Esto coincide con otros hallazgos generales como un mayor nivel de consumo de noticias por video, en formatos cortos, mediante tiktoks o reels en Facebook, Instagram y Youtube.
Por otro lado, en esa nueva dinámica, el trabajo de informar a través de noticias no los realiza necesariamente un periodista, sino que puede ser simplemente un influencer, o una persona común. Así, según el mismo estudio, en todas las plataformas analizadas (X, Facebook, Youtube, Instagram, Snapchat y TikTok) las fuentes de noticias a quienes más prestan atención las personas usuarias son celebridades, creadores de contenido e influencers, por encima de políticos/activistas políticos, medios pequeños o alternativos de prensa, y periodistas. En particular, en TikTok las personas usuarias que prestan atención a influencers, celebridades y creadores alcanza un 57% vs. un 32% de atención a medios pequeños o alternativos de prensa y periodistas.
A esta realidad, se suman otros problemas como la dependencia de quienes ejercen el periodismo a las plataformas, que además gozan de un monopolio; así como el problema de la inmunidad legal de las plataformas, en el caso de las que tienen su base en USA y se amparan en la sección 230. Esta dependencia implica también el sometimiento a sus reglas y a eventuales cambios, como los recientemente producidos por Meta en USA, respecto a la moderación de contenidos y el fact checking.
Salidas del laberinto
Durante las discusiones, se propusieron algunas soluciones frente al colonialismo digital y el poder de las plataformas. Por un lado, desde el lado legal, se reforzó la necesidad de formular o actualizar regulaciones, en materia de libre competencia, para evitar los monopolios de las plataformas; o propiedad intelectual, para proteger el contenido de autoras/es que es usado por los sistemas de IA generativa principalmente en los motores de búsqueda y chatbots. Asimismo, una idea repetitiva fue la necesidad de promover convenios internacionales que regulen estas materias, en tanto internet es un espacio global y ya hemos visto demandas contra plataformas que han encontrado límites procesales a nivel nacional. Además, una regulación internacional permitiría consensos y garantías mínimas universalizables; evitando así que países con más poder consigan mejores regulaciones (pero ampliamente disparejas) en comparación con países en vías de desarrollo, como aquellos que conforman el Sur Global.
Por otro lado, se propusieron soluciones desde un enfoque tech y de políticas públicas, como mitigar el sesgo algorítmico que favorece a los medios y contenido extranjero sobre el local; exigir que se promueva el contenido comunitario (local, lationamericano o del sur global, en lenguas originarias) en los resultados de búsqueda; y además abogar por que se restaure la visibilidad orgánica de las noticias en los feeds; así com fortalecer la autonomía de las/os autores para dirigir el tráfico en la red de su propio contenido, y con ello la monetización.
Finalmente, otra de las propuestas debatidas fue la compensación justa para periodistas, modelo ya implementado en Europa, Australia, Canadá e Indonesia. Este modelo consiste en promover que asociaciones de periodistas lleguen directamente a acuerdos económicos con las grandes plataformas por el uso de sus contenidos en los sistemas de IA. Por supuesto, este modelo no está exento de críticas y plantea preguntas como: ¿a quiénes deja fuera ese tipo de acuerdos?, ¿cómo podemos pensar en un acuerdo justo entre partes tan dispares de poder? Y, ¿qué problemas soluciona la compensación económica y qué problemas transversales no?
Resulta interesante plantear estas preguntas a nivel nacional, y construir así una agenda nacional que incluya estas (u otras) soluciones, para estos (u otros) problemas del periodismo en la era digital. Hace un mes estuvimos presentes nuevamente en el Encuentro Nacional de Periodistas, donde pudimos identificar que las periodistas suelen usar para sus funciones en mayor medida transmisiones en vivo en Facebook, y que, en cuanto a los desafíos en su profesión, son impactadas también por el cambio de políticas de las plataformas, así como por la falta de transparencia algorítmica en cuanto a alcance, difusión y visibilidad de sus publicaciones y también por la violencia de género en línea. Por tanto, es necesario entender, informar, y dialogar sobre los impactos que tienen los problemas descritos en la labor periodística peruana. La alianza y colaboración es nuestra mejor herramienta para conseguir reglas más justas en los entornos digitales.
Siguientes pasos
Esta serie de diálogos que tuvo ocasión en su primera edición en Latinoamérica, será replicada en Indonesia y Sudáfrica, en agosto y septiembre de este año. Asimismo, las grabaciones de los tres días del evento pronto estarán disponibles en el sitio oficial de CTRL+J.
Desde Hiperderecho, reforzamos desde estos espacios nuestra convicción por garantizar, desde una colaboración Sur-Sur, el pluralismo informativo, la transparencia algorítmica, el acceso a la información pública de calidad y la libertad de expresión en las plataformas digitales.