
En el último año, en el Congreso se han presentado alrededor de diez proyectos de ley relativos a la seguridad en línea para niñas, niños y adolescentes (NNA). En estos, las y los congresistas buscan una finalidad común: proteger a los NNA de los riesgos en internet. Ya sean peligros como el cyberbullying o el grooming, el tratamiento sistemático de sus datos personales o sensibles, y amenazas a su salud mental por el uso prolongado de redes sociales o videojuegos.
Por supuesto estas medidas son válidas y tienen amparo en derechos fundamentales como la integridad, salud mental y protección de datos personales. Sin embargo, donde empieza la pregunta compleja es en cómo enfrentamos estos desafíos y en el diseño de políticas públicas, así como soluciones regulatorias.
Los riesgos en Internet existen
Tod@s estamos de acuerdo en que Internet nos permite acceder a una serie de beneficios como crear comunidades, expresarnos, informarnos, aprender y comunicarnos, todo en tiempo real y a escala global. Asimismo, somos también conscientes de los peligros que existen, porque así como existen peligros en espacios físicos (desde espacios públicos, escolares y hasta domésticos) existen también peligros en línea.
Uno de estos peligros es la violencia en línea contra NNA, que se puede manifestar como acoso virtual o cyberbullying, creación y difusión de deepfakes o cualquier contenido sexual, chantaje sexual, y en la modalidad del grooming. En cifras, de acuerdo con un estudio realizado por el Colectivo Grooming Latam, integrado por la ONG CHS Alternativo, en Perú 5 de cada 10 NNA habla con desconocidos en Internet y más del 80% de NNA no sabe qué es el grooming. Es decir, la búsqueda de contacto de NNA por un adulto con fines sexuales.
Otro de los riesgos es el impacto en la salud mental de las NNA por el uso no supervisado y exacerbado de redes sociales. Al respecto, Carlos Ordoñez, jefe del Departamento de Adicciones del Hospital Hermilio Valdizán del Minsa, ha recomendado que menores de edad usen menos de cuatro horas diarias de Internet para evitar adicciones. En la misma línea y aplicando un enfoque de género, UNESCO ha alertado en su informe “La tecnología en los términos de ellas” sobre los impactos del diseño no ético de plataformas para las niñas; que traen como consecuencia el deterioramiento de su autoestima, y el reforzamiento de estereotipos de género. También UNESCO se ha pronunciado sobre el diseño adictivo de TikTok, caracterizado por videos cortos, scroll infinito y reproducción automática. Mismo modelo que siguen también los Youtube “Shorts”, o los “Reels” en Instagram y en Facebook, opciones que son parte de la interfaz y núcleo de negocio de estas plataformas y no se pueden desactivar. Representantes de UNICEF han asimismo indicado que este tipo de diseño afecta especialmente a NNA en su capacidad de concentración. Inclusive, el uso prolongado y no supervisado de redes sociales puede tener impactos mayores para quienes tienen antecedentes de ansiedad, TDAH, depresión o trastornos alimentarios, de acuerdo con The Kids Mental Health Foundation.
Interés en la regulación
Desde junio de 2024 hasta junio de 2025 se han propuesto alrededor de 10 proyectos de Ley de seguridad en línea de NNA, que se unen a un interés global de regulación como se puede ver en la Unión Europea, Estados Unidos o Australia. Donde medidas que buscan combatir desde el abuso infantil hasta el bullying en Internet han despertado acaloradas discusiones en materia de libertad de expresión y privacidad.
En Perú, en estos proyectos de ley se plantean medidas que van desde la promoción del control parental en dispositivos electrónicos, la prohibición de uso de celulares en las escuelas, pasando por la restricción de acceso a redes sociales con métodos biométricos de verificación de identidad, y hasta el registro y monitoreo de celulares de menores. Inclusive, en algunos proyectos de ley plantean nuevas obligaciones para las plataformas de redes sociales y para proveedores de servicios de internet, bajo sanciones económicas o hasta su clausura por incumplimiento.
Lamentablemente, en estas propuestas no se identifica una correcta técnica legislativa, ni el uso de estándares de protección de derechos humanos, como el control de convencionalidad o el test de proporcionalidad. De hecho, algunas propuestas desconocen iniciativas de políticas públicas que se encuentran en ejecución como la Alianza Nacional por una Internet Segura o el Programa Niñas Digitales, ambos a cargo de la Secretaría de Gobierno y Transformación Digital.
Recomendaciones para una Internet Segura
A partir de los errores más comunes que hemos identificado en los proyectos de ley en curso, y siguiendo algunos lineamientos de UNICEF sobre la materia, proponemos las siguientes recomendaciones a fin de propuestas más idóneas y eficientes:
(i) Un diálogo multisectorial entre NNA, asociaciones de madres/padres, plataformas, Estado, academia y sector técnico para co-construir medidas de seguridad en línea. Aunque pueda parecer una salida sencilla, lo cierto es que los procesos de participación pública requieren de financiamiento y esfuerzos logísticos. Para asegurar la composición diversa, la representación proporcional de los actores, y la sostenibilidad del diálogo: un diálogo orientado a resultados. Es fundamental en este punto no olvidar la importancia de las voces de los NNA, quienes suelen ser excluidos del debate. Igualmente importante es la participación de colectivos de madres, padres o tutores, que son el vínculo más cercano al NNA, y sobre quienes recaen las principales responsabilidades en el acceso y uso de dispositivos electrónicos;
(ii) Aplicar el principio de desarrollo progresivo del NNA. No hay una edad universal consensuada e incuestionable para permitir el acceso de NNA a Internet. Sin embargo, sí es recomendable que su acceso y uso se realice de manera progresiva. A medida que desarrollan un mayor nivel de autonomía personal y con ello la capacidad de identificar señales de alerta en línea. De igual forma, cabe mencionar que si en la formulación de políticas públicas y soluciones legales no se respeta el punto anterior (i) esto podría generar diferentes estándares de protección a NNA. Por ejemplo, el límite etario que establezca el Estado podría ser diferente del fijado por las plataformas. Para hacerse una idea, la edad recomendada por TikTok para usar su aplicación son 13 años, y algunos proyectos de ley establecen la edad para acceder a redes en 16 años.
(iii) Soluciones diseñadas desde las políticas públicas. Salvo para el caso de abuso sexual en línea, que amerita sin duda una prohibición tajante y consecuente sanción penal (acompañadas desde luego paralelamente con soluciones de políticas públicas), otras medidas como el uso de celulares en aulas o el acceso de NNA a redes sociales, merecen respuestas desde las políticas públicas, en lugar de prohibiciones. Puesto que el problema de fondo es complejo y atraviesa aristas como la conectividad significativa, el analfabetismo digital, brechas digitales de género, y más. Como parte de las soluciones en policy, se podría plantear, por ejemplo, una evaluación de impacto en derechos de las infancias y adolescencias, a cargo de las plataformas de redes sociales, como permite el marco jurídico de la Unión Europea. Un ejemplo público de esto se puede encontrar en la Evaluación de Impacto de los Derechos del Niño de Wikimedia Foundation, de 2023.
(iv) técnica legislativa centrada en los derechos fundamentales. Por último, no está demás acotar la importancia de garantías de derechos humanos como el test de proporcionalidad en el razonamiento legislativo. También conocido como test tripartito para el análisis de medidas que limiten la libertad de expresión. Las medidas en materia de seguridad en línea para NNA, como las que se recogen en los proyectos de ley, representan un conflicto entre varios derechos fundamentales como puede ser derecho a la salud mental e integridad vs. privacidad y libertad de expresión. Asimismo, aunque algunas medidas, como la prohibición del uso de celulares durante el horario escolar, pueden tener un impacto menor en otros derechos, existen otras más intrusivas —como el registro y monitoreo de los dispositivos de niñas, niños y adolescentes— que podrían vaciar de contenido derechos fundamentales como la protección de datos personales y la privacidad. Por ello es imprescindible que todo proyecto de ley, especialmente aquellos vinculados con derechos de NNA, cuenten con la salvaguarda del test de proporcionalidad, debidamente argumentado.
¿Quieres conocer más?
Te invitamos a leer nuestros comentarios al más reciente de estos proyectos de ley, el Proyecto de Ley N° 10880/2024-CR, por el cual se propone una Ley de protección de niñas, niños y adolescentes en entornos digitales, a fin de salvaguardar sus derechos a la salud mental, a la protección de sus datos personales, así como a su seguridad en línea.