Escribo este artículo a un mes de haber participado de la onceava edición del Foro de Gobernanza de Internet, que este año se realizó entre los días 6 y 9 de diciembre en Guadalajara, México. Para los que no saben de lo que estoy hablando, hice una pequeña introducción sobre el mismo en esta entrada del año pasado. Allí, comenté mi primera participación en este evento y las impresiones que tuve de lo que vi y oí durante aquella semana. Sugiero leerlo primero y luego volver aquí.
Un año antes, en el Foro de Gobernanza en Joao Pessoa (Brasil), había mucho en juego. El mandato de las Naciones Unidas que había iniciado en 2005 llegaba a su fin y con él la urgencia de mostrar que el modelo de múltiples partes interesadas estaba cumpliendo su propósito. En su hora de la verdad, y con la limitación de no ser un espacio deliberativo, el Foro cumplió y fue todo lo que dice el manual: Un lugar de encuentro, de debate y también de confrontación en pie de igualdad. Esto ciertamente contribuyó a facilitar la renovación del mandato en la reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, un mes más tarde.
Con el Mandato renovado por 10 años más y sin la presión de probarse a sí mismo, el Foro de Guadalajara fue, en mi opinión, un espacio de transición. La mesa se ha vuelto más grande, hay nuevos jugadores y las cartas han vuelto a repartirse. Han aparecido nuevos temas de discusión. Procesos como los de IANA han llegado a su fin. El modelo de gobernanza se expande. Y ahora el Foro deja la región de Latinoamérica y vuelve a Europa. Como lo explica Israel Rosas, miembro organizador del evento, es el Fin de un Ciclo. Sin embargo, hay cosas que no han cambiado y a esas quiero referirme.
El fantasma del multilateralismo
Para nadie es un secreto que dentro de la distribución de “roles” en la gobernanza de Internet, son los gobiernos quienes concentran las decisiones más importantes. Sin embargo, en el Foro de Gobernanza esta división entre quienes tienen mayor poder y quienes no, es ignorada en pro del diálogo. Por supuesto, este principio ha devenido en funcional, pero su verdadero espíritu es el de constituirse como la forma en que debe funcionar la gobernanza de Internet.
Siento que los participantes estamos cayendo en la trampa de las formas. Al menos desde la sociedad civil no se ha exigido con suficiente fuerza que todo aquello que tenemos el Foro se traslade fuera de él. En tanto, los gobiernos siguen manteniendo procesos cerrados o poco transparentes en cuanto a su rol sobre Internet. En el mejor caso, su participación en el Foro está limitada por las decisiones políticas de terceros. En el peor, no tienen interés en participar o se oponen al modelo de múltiples partes interesadas y apuestan por el multilateralismo.
Es este multilateralismo, entendido como el modelo que opta porque el gobierno de Internet sea una cosa de estados, que no ha desaparecido pese al afianzamiento del Foro. Si en Joao Pessoa mencionaba un pequeño bloque, los recientes cambios políticos en el mundo permiten avizorar que este bloque va a crecer. Esto es especialmente crítico si tenemos en cuenta el auge de los nacionalismos y la elección de Donald Trump que, al menos en el papel, tienen un discurso muy fuerte con respecto a la soberanía.
El problema de la sostenibilidad
Otro de los temas sobre los no he observado respuestas claras es el tema de la sostenibilidad del modelo actual de gobernanza. Si el Foro de Joao Pessoa fue un despliegue de fastuosidad, Guadalajara tuvo una presentación más bien modesta. Esto, que parece un comentario frívolo, me dejó pensando en lo siguiente: ¿Cuánto cuesta organizar un Foro de Gobernanza de Internet? ¿Está en las posibilidades de un país pobre realizar uno? Si tenemos en cuenta que la única condición para ser candidato es pertenecer a las Naciones Unidas, debería llamarnos la atención que en 11 años, el Foro solo se ha realizado una vez en África. ¿Ser la sede del evento pasa únicamente por una cuestión política o también económica?
Desde hace varios años se viene diciendo que para que funcione, el modelo debe expandirse. Y así ocurrido. La falta de recursos no ha impedido que los foros locales y regionales crezcan en el último año. La sesión dedicada a las iniciativas de este tipo contó con más de 30 presentaciones, incluida una de Perú. Esto demuestra que el ecosistema alrededor del modelo está activo, pese a que los retos son muchos.
Esto debería llevarnos a pensar en modelos de sostenibilidad que permitan mantener estas iniciativas en el tiempo. Por supuesto, esta búsqueda de recursos no debe hacerse traicionando los principios de neutralidad, inclusividad, ausencia de ánimo de lucro, etc. En el mismo sentido, los resultados deben ser presentados y compartidos. Parte de este trabajo ya está siendo asumido por entidades como las Coaliciones Dinámicas y la Secretaría del Foro de Gobernanza. Conviene conocer estos avances y aplicarlos en los países o regiones donde aún no existen iniciativas de este tipo.
Buenas noticias para Perú
Una de las cosas buenas que pude rescatar del Foro es la presencia de otros peruanos. Si en 2015 tuve mucho que decir sobre su ausencia, esta edición me ha devuelto algo de esperanza. Si bien no vi a ninguna autoridad, sí pude compartir con varios participantes del país pertenecientes a la sociedad civil y a la academia. Muchos de ellos están embarcados en diferentes proyectos e incluso son jóvenes participantes como alguna vez lo fui yo.
Espero que en las diferentes reuniones de este año este encuentro se repita y podamos seguir empujando el carro de la gobernanza en el Perú. Tenemos, realmente, mucho camino por recorrer.
Ex Director de Políticas Públicas (2013-2020)
Bachiller en Derecho por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.