“Estamos creando un mundo en el que todos pueden entrar, sin privilegios o prejuicios debidos a la raza, el poder económico, la fuerza militar, o el lugar de nacimiento. Estamos creando un mundo donde cualquiera, en cualquier sitio, puede expresar sus creencias, sin importar lo singulares que sean, sin miedo a ser coaccionado al silencio o el conformismo…»
Declaración de Independencia del Ciberespacio, John Perry Barlow, 1996
¿Quién gobierna Internet? Es una pregunta simple con una respuesta un tanto complicada. ¿Son los gobiernos? ¿Las compañías de telefonía? ¿Google? ¿Facebook? En 1996, John Perry Barlow hubiera dicho que nadie controla la Red (o la controlan todos, lo que es lo mismo) y tenía razón. Más de 20 años después esto aún es cierto, pero ¿será siempre así?
Desde que Internet dejó de ser una idea con potencial para el ámbito de la defensa y se convirtió en una tecnología de uso civil, su funcionamiento y desarrollo dependen del trabajo de múltiples actores. Esto es así porque Internet es solo un nombre empleado para denominar a un conjunto de diferentes elementos: cables, antenas de transmisión, servidores, protocolos, creadores de contenido, etc. Todos ellos pertenecen o son administrados por actores que tienen que coordinar en diferentes niveles para que el conjunto funcione.
En sus inicios, había muy pocos interesados en participar de la gestión de esta tecnología, siendo la mayoría de comunidades técnicas o académicas, que eran las principales beneficiarias de su uso: facilitar la comunicación y la transimisión de datos a distancia. Sin embargo, con el tiempo su número creció de forma exponencial pues Internet dejó de ser solo una herramienta para la comunicación y empezó a transformar otro tipo de actividades como el comercio, la educación e incluso el ejercicio de los derechos. Este potencial integrador hizo que en la Red confluyeran todo tipo de personas; desde informáticos hasta activistas e incluso empresarios entusiastas por las posibilidades de negocio en la Red.
Con el pasar de los años y la masificación del acceso, se fue consolidando un nuevo y vibrante ecosistema que, paralelo a su desarrollo, empezó a generar espacios de reflexión y diálogo. Estos espacios informales eventualmente dieron pie a la creación de grupos de trabajo y foros en donde usuarios antiguos y nuevos podían sentarse a discutir el desarrollo de Internet en función de sus intereses. Uno de los más antiguos y que sigue actualmente vigente es el Internet Engineering Task Force (IETF), un grupo de trabajo con miembros de todo el mundo que propone y desarrolla protocolos para la Red. Otros más recientes son el Foro de Gobernanza de Internet y NETmundial, que son eventos en donde gobiernos, empresas y usuarios discuten temas relacionados a la regulación de los espacios digitales.
Pese a que es indiscutible que el mayor desenvolvimiento de esta tecnología se ha dado en los países desarrollados, Latinoamérica no ha sido ajena a la expansión de Internet y también ha participado activamente en muchos espacios de discusión sobre su futuro. Con algunas diferencias, la mayoría de países de la región comparten una historia en común respecto de sus inicios, la que identificaba a Internet como un signo de progreso y de esperanza. En donde este discurso tuvo éxito, se formaron ecosistemas locales diversos y robustos, con múltiples actores, incluyendo al Estado. En donde no, Internet se convirtió en una preocupación secundaria y su desarrollo quedó a cargo de unos pocos.
Perú dentro el ecosistema de Internet
En el caso del Perú, puede decirse que la historia del origen y desarrollo de Internet se encuentra en el medio de esos dos destinos. Por un lado, el Perú fue uno de los primeros países de Latinoamérica en establecer una conexión permanente a Internet. Del mismo modo, alcanzó en poco tiempo un alto nivel de democratización del acceso gracias al modelo innovador de cabinas públicas. Sin embargo, el nivel de alfabetización digital aún hoy en día es extremadamente bajo y pese al crecimiento solo un poco más de la la mitad del país accede actualmente a Internet.
Así mismo, aún cuando los usuarios peruanos y muchas autoridades son bastante activos en plataformas sociales, no parece existir conocimiento o interés en ellos por participar de algunos de los espacios de discusión y desarrollo antes mencionados. Pese a que en el Perú existen entidades públicas y privadas que directa o indirectamente están involucradas en temas relacionados a Internet, no existe un espacio que las motive a reunirse y a sentarse a discutir y proponer ideas sobre esta tecnología. En pocas palabras, el Ecosistema de Internet en el Perú está disperso.
Desde un punto de vista histórico, esto se debe en principio a la falta de impulso desde el Estado, pero también a la forma en que este se acerca a estos temas de forma institucional. También hay que mencionar el bajo nivel de coordinación y apoyo entre actores privados como las empresas de telefonía, las organizaciones de la sociedad civil, las comunidades técnicas, las empresas que ofrecen productos y servicios en Internet y las Universidades.
Como en el mundo entero, Internet ha generado un gran cambio en el Perú y es una tecnología percibida con interés y entusiasmo. Esto debería dar pie a que los actores aspiren a tener cierto nivel de agencia sobre su desarrollo. Si es posible, ¿por qué no hacerlo?
¡Ocupemos la Red!
Frente a esta perspectiva, Hiperderecho quiere contribuir a ampliar el conocimiento sobre Internet y su entorno, así como las instituciones del país relacionadas a ello. Por eso, ha decidido dedicar una serie de artículos para acercar a estas instituciones al público y describir cómo se articulan (si lo hacen) con sus pares a nivel regional y global. Este proyecto llevará el nombre de “¡Ocupemos la Red!: Conociendo el Ecosistema de Internet en el Perú.”
Cada artículo tendrá una descripción histórica sobre personas, instituciones y otras entidades nacionales y supranacionales que hayan formado o formen parte de el Ecosistema de Internet en el Perú. Así mismo se incluirán, en la medida de los posible: entrevistas, material audiovisual, bibliografía y otros elementos que complementen los contenidos ofrecidos en cada entrega.
Sobre la organización, se ha tomado como guía el documento “El Ecosistema de Internet” elaborado por la organización Internet Society (ISOC) en 2011. Esto servirá no solo para comparar realidades sino también para conocer la evolución histórica del nivel de inserción que hemos tenido desde la primera conexión a Internet realizada allá por el año 1991 hasta el presente.
El orden escogido para el tratamiento de cada uno de los actores del ecosistema es aleatorio y sirve únicamente para establecer la afinidad de los grupos de artículos. Además, se empleará la división propuesta por ISOC para una mejor identificación de las tareas que cada actor desempeña.
Esta división está planteada como sigue:
Ecosistema de Internet en Perú (Actores)
- De La Sociedad Civil
- Del Sector Privado
- De Las Comunidades Técnicas
- Del Gobierno
- De La Academia
División propuesta por ISOC (Funciones)
- Nombres y Direcciones
- Desarrollo de Estándares Abiertos
- Desarrollo de Políticas Locales
- Creación de Capacidades y Formación
- Operaciones y Servicios Globales de Uso Compartido
- Usuarios
Como cualquier proyecto de este tipo, Hiperderecho no pretende que esta serie acapare todos los aspectos relativos a Internet en el país. Incluso es posible que se omita información relevante, pero que no calce dentro del esquema de trabajo escogido. Pensamos que ¡Ocupemos la Red! es, en cierta forma, un homenaje a esfuerzos anteriores por educar a los usuarios peruanos y esperamos que aliente nuevas iniciativas de esta naturaleza.
Te invitamos a acompañarnos en este viaje y a compartir con otros este recorrido por Internet y su entorno. Hoy en día, participar de la discusión sobre esta tecnología es de vital importancia. El futuro de Internet está siendo decidido y eso debería preocuparnos. Necesitamos ocupar la Red y hacerla nuestra. Es ahora o nunca.
Foto: Pascal Charest (CC BY-NC-ND)
Ex Director de Políticas Públicas (2013-2020)
Bachiller en Derecho por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
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