El Programa Nacional contra la Violencia Familiar y Sexual (PNCVFS) del Ministerio de la Mujer es el creador y difusor de la plataforma “Nos protegemos del acoso virtual”, espacio de orientación e información sobre el acoso virtual en Perú. Hace unos meses, este Programa presentó nueva cifras sobre acoso virtual pertenecientes al periodo de febrero a diciembre del 2018.
En este post vamos a analizar la información presentada, teniendo en cuenta la metodología, el reporte de resultados, la categorización de violencias y los huecos de información que, desde nuestro reflexión, hemos encontrado.
Resultados más relevantes
Esta plataforma se encuentra disponible a nivel nacional desde hace un par de años. El objetivo es que las personas puedan registrar sus casos, a través de un formulario sencillo, para construir data estadística que sustente de desarrollo de políticas de Estado.
Estos son algunos de los resultados del 16 de febrero a 31 de diciembre del 2018.
- Entre el periodo de febrero a diciembre del 2018, el PNCVFS registró reportes sobre 910 casos de acoso virtual.
- Las personas que reportaron se encontraban entre los 18-29 años de edad, la mayoría de personas que registraron sus casos fueron mujeres (89%), la orientación sexual de quienes reportaron en su mayoría fue heterosexual (66%), seguido de bisexual (2%), lesbiana (1%) y gay (1%).
- Del total de casos reportados (910), las principales plataformas tecnológicas a través de las cuales se llevó a cabo el acoso fueron: Facebook (76%), WhatsApp (40%) y a través de mensajería de texto (27%).
- Se reportaron, principalmente, casos de hostigamiento (708), ciberamenaza (452) e insultos electrónicos (538).
- Las personas agresoras fueron en su mayoría hombres (63%).
- Las víctimas identificaron a las personas agresoras como desconocidos (57%) y pareja (19%), principalmente.
Apuntes a tener en cuenta
Incorporar enfoque de género: Consideramos importante que cuando se trabaja con data sobre violencia en línea es necesario analizarla desde un enfoque de género que nos permita entender cómo las relaciones de poder se van desarrollando en los espacios virtuales y cómo estas dinámicas se vinculan con las diversas manifestaciones de violencia. De esta manera diferenciar la violencia en línea de la violencia de género en línea, ya que esta se suele desarrollar contra personas específicas, que tienen un rol particular en la sociedad y un discurso que promueve la igualdad. Así, en nuestro contexto, las personas en mayor situación de vulnerabilidad son las mujeres y comunidad LGTBIQ+, activistas, feministas y defensores de derechos.
Además, el formulario de registro podría ser elaborado con una metodología que nos permita visualizar, por ejemplo, a qué contenido se le atacó más y qué palabras se usaron; como evidenciar quiénes son las personas más vulneradas según el contexto en el que se encuentran. Para lo cual, es importante que se realice una mayor difusión sobre la existencia de la plataforma en los distintos grupos de nuestra sociedad, para poder tener data que refleje diversas realidades.
El contexto de Internet es único. Características como el anonimato, permanencia de información, rapidez con la que se comparte contenido y proximidad entre las y los usuarios hacen que las maneras de relacionarse en Internet sean distintas en comparación a las dinámicas de espacios offline. Así, la violencia también se desarrolla de una manera particular ya que las personas se agencian de estas características para violentar. Además, Internet es un espacio muy amplio pero, debido a diversos factores, la mayoría de personas usan más las redes sociales que otras herramientas que ofrece Internet, por lo que no es sorprendente que se identifique a Facebook como el espacio donde hay más acoso.
Clasificación de violencias. Si bien el acoso virtual es una de las violencias más reportadas, también es importante poder apoyar en la construcción de una tipología sobre las diversas expresiones de violencia de género virtual desde nuestro contexto peruano. Esto podría ayudar a las víctimas a identificar los casos que podría reportar y denunciar, teniendo en cuenta que las violencias se interconectan, con lo cual un caso de acoso también podría incluir chantaje sexual, lenguaje discrimitario, etc.
Conocer a las personas agresoras. Si bien la plataforma recoge información de las víctimas, sería interesante que se amplíen las preguntas respecto a la violencia en sí. De esta manera contar con información sobre cómo las personas agresoras operan y el perfil de los hombres agresores: con qué finalidad lo hacen, bajo qué sustento, qué personas y qué contenido es el que más recibe violencia, etc. Así, también poder hacer cruces de información y encontrar la relación entre cómo / por qué personas desconocidas (o “protegidas” bajo el anonimato) son quienes más han ejercido violencia según la data.
¿Qué más deberíamos de tener en cuenta?
Si uno de los objetivos de la plataforma es brindar data para la formulación de políticas sería importante que, a parte de la data que ofrece, también brinde información sobre cómo realizar las denuncias ante casos de violencia de género en línea, según lo indica el DL1410.
También se podría generar data estadística sobre casos de violencia de género en línea denunciados hasta el momento, para conocer el tiempo que lleva realizar una denuncia, cómo esta es procesada, qué tipo de evidencia se solicita a la víctima, el costo monetario de todo el proceso, qué tipo de violencia es el que más se denuncia, etc. Contar con esta data es sumamente valioso para las personas en situación de vulnerabilidad, los operadores de justicia, abogadas/os, activistas, etc.
Finalmente, no debemos de dejar de lado el mapear y entender cómo la salud mental se ve afectada ante estos casos de violencia, resaltando que esta también trae consecuencias graves de aislamiento, inseguridad, depresión, ansiedad y otros. Crear comunidad y redes de soporte que nos ayuden a enfrentar estos casos es necesario para seguir disfrutando de nuestra tecnología.
Foto: Ministerio de la Mujer
Directora de Activismo
Comunicadora para el Desarrollo de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Máster en Estudios de la Mujer en la Unviersidad de Ottawa (Canadá).
Hola! Me gustó bastante, tendrás fuentes que sustenten los puntos?