Quince propuestas para mejorar la aplicación del Gobierno del Covid-19

La nueva aplicación “PerúEnTusManos – Detén el avance del COVID19” va rumbo a convertirse en la aplicación más popular de todas las hechas por el Gobierno en los últimos años. Con más de un millón de descargas, la aplicación para celulares presentada hace menos de dos semanas por el Estado Peruano ha recibido dosis de entusiasmo y confusión por igual de parte de los ciudadanos. Desde mensajes cruzados sobre qué hace y no hace exactamente, teorías de todo tipo sobre cómo interpretar el mapa, y hasta páginas web no oficiales que reutilizan la información que la aplicación muestra.

En Hiperderecho, hemos estado siguiendo de cerca la evolución de la aplicación durante sus primeros diez días. En un post que publicamos dos días después de su lanzamiento,  contamos cómo funciona y revelamos nuestra incertidumbre sobre el rumbo hacia el que parecía evolucionar. Luego de pasar más tiempo usando la aplicación, leer los comentarios que nos han hecho llegar por redes sociales y revisar en detalle el código fuente, hemos encontrado varias cosas interesantes. En vez de solo escribir un artículo sobre lo que está mal y debe mejorarse, hemos ido un paso más adelante y ayer le enviamos a la Secretaría de Gobierno Digital de la Presidencia del Consejo de Ministros una carta detallando no solo nuestras observaciones sino también nuestras propuestas de solución.

Nadie sabe qué significa el mapa

Esta es quizás la principal preocupación que hemos escuchado de los usuarios de la aplicación. El denominado “Mapa de Zonas Afectadas” muestra círculos sobre un mapa pero nadie está seguro de cómo interpretarlos. ¿Son casas de personas contagiadas? ¿Son zonas aproximadas generadas para proteger el domicilio de los contagiados? En una reciente entrevista a El Comercio, la Secretaría de Gobierno Digital explicó que los círculos eran casos reportados voluntariamente a través de la línea 113 y dentro de la misma aplicación en la opción de “Triaje”. Es decir, que estos marcadores representaban a personas que habían declarado tener síntomas y no realmente los domicilios de pacientes que dieron positivo a la prueba de Covid-19.

En nuestra entrada anterior, decíamos que no encontramos coincidencia exacta entre los domicilios de personas contagiadas que conocemos y los puntos que aparecen en el mapa. ((Por la forma en que la aplicación y el mapa estaban desarrollados, era posible que terceros también descarguen y procesen esta información. A la fecha, hemos encontrado hasta dos mapas no oficiales desarrollados por terceros usando la información del mapa original. En ambos casos, no se molestaron en dibujar un área sino que simplemente pusieron puntos sobre un mapa.)) No obstante, notamos que los puntos sí eran cercanos a dichos domicilios, por lo que equivocadamente asumimos que se había “generalizado” la dirección para proteger a los pacientes de la estigmatización que hoy supone estar contagiado.

Algo que alargó la confusión fue la falta de actualización del mapa, que se mantuvo con los mismos registros hasta antes de ayer. Entre el 3 de abril que se publicó la aplicación y el 12 de abril, no se agregaron ni quitaron ninguno de los 1412 puntos geográficos que existían originalmente. Es decir, desde que la aplicación fue presentada hasta hace un par de días, la información mostrada en el mapa de zonas afectadas siempre fue la misma para todos los usuarios en todo el país. Recién el 13 de abril este número aumentó a 1745 puntos,  sin que se movieran las coordenadas anteriores.

Ambas cifras son muy parecidas a los números de personas contagiadas publicadas por el Ministerio de Salud para el 2 de abril (1414) y el 4 de abril (1746) respectivamente. ¿Cómo debemos interpretar esta coincidencia? Si el Mapa de Zonas Afectadas está efectivamente mostrando los domicilios de personas contagiadas, con algunos errores propios de un defectuoso registro manual de direcciones, ¿por qué no se ha protegido el domicilio declarado de los pacientes? Si es así, ¿por qué la aplicación muestra información de hace 9 días? ¿No debería de estar todo esto más claro en la aplicación o en los anuncios del Gobierno?

La confusión e incertidumbre que genera no tener información oficial puede echar a perder el valor de esta aplicación. El Gobierno debe de aclarar de una vez por todas qué significan estos puntos en el mapa, qué autoridad o procedimiento los genera, con qué frecuencia se actualizan y en función de qué información se crean. Además, debe de asegurarnos que están tomando medidas para proteger a los pacientes que son diagnosticados con la enfermedad y que podrían ser identificados por sus vecinos.

Permisos y privacidad

Otro aspecto llamativo de la aplicación desde su lanzamiento fue los permisos que solicitaba: poder enviar notificaciones, usar el GPS, o controlar la conexión Bluetooth de teléfono. Sin embargo, a la fecha no hemos podido comprobar que la aplicación mande notificaciones de ningún tipo. Tampoco hemos encontrado en el código nada que haga referencia al uso de Bluetooth para el rastreo de contactos. Es decir, la aplicación simplemente recolecta estos permisos pero no los usa para nada todavía.

Esta incertidumbre se agravó durante varios días en los que los que la Política de Privacidad de la aplicación cambió completamente dos veces. Además, no existía manera de leerla o descargarla para ningún usuario registrado. Solo era visible durante el proceso de registro, aunque en la versión de iOS un error impedía leerla. Recién desde la última actualización hace seis días, resulta posible leer la Política de Privacidad en su integridad. Conocer qué datos se recopilan, cómo se tratan, durante qué tiempo se conservan y con quiénes se comparten es clave para poder tomar una decisión sobre si queremos o no usar la aplicación. Esta preocupación cobra una dimensión adicional al comprobar en la última versión de la aplicación que se están usando nombre de dominio de empresas privadas para facilitar la interacción de la aplicación. El mismo Presidente y otros medios de prensa han señalado el involucramiento de universidades y empresas privadas en el proceso. Aunque nada en la Política de Privacidad señala que se están compartiendo los datos con estos terceros, ¿por qué la aplicación se conecta con esos servidores?

Nuevamente, acá el Gobierno necesitar ser más deliberado en lo que quiere hacer con la aplicación, no solicitar ni recolectar información innecesaria de los usuarios para su funcionamiento y simplemente obedecer la ley peruana vigente de protección de datos personales.

Necesidad de involucrar a la comunidad

Errores como los descritos van a seguir sucediendo. El tipo de desarrollo tecnológico público al que debemos apuntar no es uno donde no se comentan errores, sino uno donde los errores se identifiquen rápidamente y se aprenda de ellos. Lamentablemente, hoy no existen formas claras de reportar errores o contribuir con el desarrollo de la aplicación más allá de enviar cartas o publicar artículos como este. Ya no solo se trata de demandar mayor transparencia en este proceso, sino de exigir que se permita participar a la comunidad técnica y especializada en el tema.

Por eso, en nuestra carta a la PCM le solicitamos que libere inmediatamente el código de la aplicación como software libre (para permitir su auditoría ciudadana). Así mismo, le pedimos que brinde acceso como datos abiertos a toda la información que se muestra en el mapa y en la sección estadística de la aplicación. No podemos sostener arreglos en los que información como la del Mapa, que se presenta potencialmente como tan útil, hoy solo esté disponible para quien tiene la capacidad de tener un teléfono celular o sepa descarga una aplicación.

Hemos visto evidencia anecdótica suficiente para demostrar que una buena comunidad de desarrolladores, investigadores y periodistas está interesada en usar esta información y llevarla a más personas. Involucrar a la comunidad local de tecnología en este proyecto de manera transparente y equitativa no solo ayudaría a capitalizar este interés sino que también señalaría un excelente ejemplo de cómo desarrollar tecnología pública. Hay muchas cosas que no podemos controlar en esta emergencia, pero esta es una que depende completamente de nosotros. No dejemos que la oportunidad se nos vaya de las manos.

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