¿Sin señal?: brecha digital y acceso a la educación

El 24 de octubre se celebró el Día Mundial de la Información sobre el Desarrollo. Se trata de una fecha establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas para concientizar sobre la importancia de acceder a la información para conocer mejor las problemáticas en materia de desarrollo y hacer transformaciones a partir de ello (pensando, en específico, en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030). En ese camino, la Asamblea General ha sido enfática en reconocer el papel que cumplen las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) para conducir nuevas soluciones a los problemas del desarrollo, dado su potencial para promover el crecimiento económico, la competitividad, el acceso a la información y el conocimiento, etc.

Debido al potencial que rodea a las TIC, existe una gran preocupación por la brecha digital. De hecho, su papel protagónico ha hecho que el acceso a las TIC sea considerado, en sí mismo, un indicador para medir el desarrollo. En vista de su importancia para el acceso a la información y, en general, para el ejercicio de otros derechos, es una tarea urgente para los países poder cerrar esta brecha. Aunque hay muchas categorías y factores involucrados en esta problemática, esta nota busca poner énfasis en la forma en la que la brecha digital afecta el acceso a la educación  de niños, niñas y adolescentes (NNA) en el Perú.  y. ¿Cómo se puede abordar la información para el desarrollo en este contexto?

¿Qué entender por brecha digital?

De manera tradicional, podemos pensar en la brecha digital como en aquel margen de diferencia entre quienes cuentan con conexión a Internet y quienes no. Sin embargo, la brecha digital es multidimensional e involucra diversos aspectos. De hecho, detenernos únicamente en la conectividad es una forma de subestimar el problema, porque lo simplifica y conduce a que únicamente se pretenda diseñar políticas que faciliten el acceso material a dispositivos y/o Internet.

Cuando nos referimos a la brecha digital, es necesario tener en cuenta, también, las competencias, usos y beneficios que se obtienen a partir de las TIC. Por ello, además del acceso material, es necesario identificar que hay una brecha en (i) las competencias y habilidades digitales, incluso cuando sí existe acceso a las TIC; (ii) la capacidad de transformar y poner en práctica efectivamente esas competencias (es decir, los usos); y (iii) la posibilidad de obtener beneficios (por ejemplo, el ejercicio de derechos) a partir de esos usos de la tecnología. Al considerar estos aspectos en conjunto, podemos apreciar la real magnitud de la brecha digital y los efectos que tiene sobre el bienestar de NNA.

Situación de niños, niñas y adolescentes en el Perú

Por primera vez, en 2020 se tuvo un año escolar completamente remoto como consecuencia de la suspensión de clases presenciales por la pandemia. Hasta ese momento, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) consideraba como variables para la no asistencia a la escuela de NNA los problemas económicos, la no existencia de escuela en el lugar de residencia, la obtención de bajas calificaciones o el desinterés por el colegio. Sin embargo, la pandemia reveló que las muchas dimensiones de la brecha digital en NNA (incluyendo la de beneficios y ejercicio de derechos) impactan negativamente en el acceso universal a la educación. Hacia junio de 2020, el INEI encontró que el 65.4% de los NNA entre 6 y 17 años hacían uso de Internet. A raíz de los cambios que trajo la pandemia, se incluyó entre las razones por las que los NNA no asisten a un centro de enseñanza la carencia de señal o de algún equipo tecnológico, para lo cual, en primera instancia, se creó la casilla “Otros 2/”.

En el último reporte trimestral sobre NNA publicado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática, la situación es un poco más clara porque existe una línea de base (es decir, se pueden comparar los porcentajes de 2021 con los del mismo trimestre en 2020). Los cambios son significativos: mientras en el trimestre de abril-mayo-junio de 2020, la no asistencia al colegio se debía, en un 23.2%, a la falta de señal o de dispositivos tecnológicos, en 2021 ese porcentaje se redujo a 1.8%. Sin embargo, vale la pena preguntarse si esta drástica reducción significa que se ha estrechado la brecha digital en NNA.

Si tomamos en cuenta los alcances amplios de la brecha digital (que exceden a la conexión material a una red), se deben analizar más factores. Por ejemplo, llama mucho la atención que se han incrementado no solo los problemas económicos al momento de impedir el acceso a la escuela (de 53.4% a 66.7%), sino que los propios estudiantes han perdido el interés por el estudio o han obtenido calificaciones bajas, factor que, en un año, ha aumentado del 4.7% al 14.2%. 

¿Qué hacer con esta información?

Sin duda, un asunto tan delicado como la educación peruana merece un análisis más profundo. Sin embargo, es urgente comprender que se deben considerar y abordar otras dimensiones de la brecha digital. En este caso puntual, “cerrar” los problemas de conectividad no ha acercado más a los NNA al ejercicio de otros derechos. Corresponde fortalecer las políticas educativas y atender a la falta de interés o la desmotivación por bajas notas, que puede deberse a múltiples factores, incluyendo la falta de competencias digitales en docentes y estudiantes.

Desde Hiperderecho, renovamos nuestro interés en conocer la situación de la brecha digital en niños, niñas y adolescentes en el Perú. Si deseas estar al tanto de nuestras novedades en esta línea de investigación, mantente atento a nuestras redes y página web. También puedes enviarnos información que consideres oportuna a hola@hiperderecho.org.

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