Consejos para compartir información y generar contenido en Internet responsablemente

Querer mantenernos siempre informados frente a una situación que significa peligro, injusticias y vulneraciones a los derechos humanos es una reacción válida y entendible. Además de mostrar empatía y preocupación por quienes sufren las consecuencias de esos hechos. En un mundo globalizado como en el que vivimos, estar “al día” con la actualidad requiere esa atención panorámica y constante. La gran presencia de Internet en nuestra vida ha canalizado esta necesidad de información de una manera que probablemente ya damos por normal, pero que es reciente en nuestra historia: conseguimos nuevas actualizaciones de noticias en la marcha del desarrollo del hecho en cuestión mediante portales web y redes sociales, especialistas de distintas partes del mundo comentan en blogs, tweets y publicaciones estos hechos y brindan análisis del mismo e, incluso, personas “de a pie” comparten sus experiencias y mostrar datos importantes en el lugar de los hechos al contar con dispositivos electrónicos con acceso a Internet y colgarlos en alguna plataforma virtual o streamearlo en vivo. En días como este, no obstante, es importante resaltar la importancia de cómo convivimos con los grandes flujos de información que constituyen contenidos en la forma de noticias de actualidad de conflictos a larga escala como el que estamos viendo a propósito de la invasión de Ucrania y, sobre todo, qué podemos hacer para consumir, compartir y generar información, percepciones y sentires responsablemente. 

Características de Internet de cara a la viralización de contenidos y consumo masivo de usuarios que buscan información 

Nuestro entendimiento y relación con la información y noticias en Internet va de la mano con las características del mismo espacio digital. En él, todo aquello que publicamos y consumimos puede hacerse potencialmente viral y replicable, es permanente (sí, aunque borremos una publicación, ¿Qué nos asegura que alguien no la descargado ya y publicará después?), perdura en el tiempo, están sujetos a lineamientos y políticas de las plataformas en que lo hemos subido y, por supuesto, reproducen percepciones, discursos y narrativas de lxs usuarios que conformamos el espacio virtual. 

Por tanto, Internet no es un espacio neutral, ajeno a los juicios que nosotros, como usuarios, sostenemos y defendemos. Además, nos hace enfrentar a nuevas comprensiones de nuestros discursos en el tiempo: Por un lado, tenemos la posibilidad de un registro “para siempre” de acciones, hechos, narrativas, etc. que ya no resuenan con nosotrxs necesariamente; y, por el otro, que potencialmente aquello que hemos generado y/o consumido en el espacio virtual inmediatamente tenga mucha visibilidad sin que esa sea nuestra intención. Por esta serie de características y oportunidades que nos brinda el espacio virtual, resulta necesario reflexionar y dialogar en torno a qué sucede con nuestras ganas de informarnos y ser nosotrxs mismxs partícipes del flujo de hecho y opiniones de un hecho de gran relevancia para todxs. Lamentablemente, son estas ganas de inmediatez a la que nos ha acostumbrado la casi perenne vida online la que puede estar restando a nuestro pensamiento crítico y rigurosidad que aplicamos en búsqueda de confirmación, fuentes y contraste en otros aspectos de nuestras vidas. 

Entonces, ¿Qué podemos hacer? 

Queremos compartir aquí unos cuantos consejos para mantenernos informados, aportar a la conversación y poder ser usuarios con pensamiento crítico cuando estamos navegando en Internet: 

    1. Diferencia si se trata de un hecho, opinión o información falsa: Un hecho es aquello que es verdad y, como tal, puede ser comprobado; una opinión, al contrario, no puede ser comprobada y constituye una apreciación subjetiva; por último, por información falsa, nos referimos aquella descripción de una noticia o hecho que busca aparecer como verdadera, legítima, comprobable y objetiva, pero no lo es. El objetivo de estas es confundir, por distintos motivos, a quienes la consumen. 
    2. Estate atentx al origen, presentación y motivación de quien desarrolla el contenido: ¿La noticia tiene un titular sensacionalista, que apela al miedo o a la confusión o es compartida y publicada por una persona o colectivo cuya orientación política y social es conocida? Antes de darle click a un artículo de noticia en Internet que te haga pensar en alguna de estas opciones, pregúntate: ¿Quién ha elaborado este contenido? (o, también, ¿Qué portal web de noticias ha publicado esto?), ¿Qué está diciendo sobre el hecho en cuestión? (¿Acaso el abordaje de esta noticia está sesgado por la posición social, política, reivindicativa, etc. de quien la elabora y publica?), ¿Por qué esta noticia está siendo publicada ahora/de este modo? Si consigues desarrollar respuestas a estas incógnitas y te sientes escéptico frente al contenido, es momento de agarrar con pinzas esta información o, según elijas, contrastar con otras fuentes y abordajes o no consumirla. 
    3. Pregúntate si es clickbait: Relacionado a lo que mencionamos anteriormente sobre el origen y presentación, te recomendamos evaluar si es que acaso el título de la noticia y/o artículo que ha jalado nuestra mirada es eso, una atracción. ¿Muestra una afirmación sensacionalista, que no refleja la opinión de la persona entrevistada, es un discurso “a medias”? No olvides que muchos portales web optan por la rentabilidad y el tráfico de sus sitios y entradas a detrimento del contenido que en ellas comparten. 
    4. Quien ha publicado este contenido, ¿Tiene la capacidad, recursos o contactos para editar material audiovisual? Vinculado a la pregunta sobre quién ha publicado el contenido que nos está haciendo dudar de su veracidad, es buena idea analizar y sacar conclusiones sobre las posibles capacidades de esta persona o grupo. Así, podríamos descubrir que se trata de personas que buscan confundir y utilizan contenido audiovisual sin confirmar o, por el contrario, se trata de individuos que cuentan con el tiempo, dinero y la motivación para dedicar a la alteración de fotos, videos e información en general. 
    5. Como consumidor, ¿Puedo acceder a su fuente? ¿El contenido publicado ha detallado sus fuentes?: Remitirnos a las fuentes y su credibilidad es de suma importancia cuando estamos en la búsqueda de noticias de actualidad. Es necesario que para todo usuarix sea sencillo el encontrar links, citas, notas de pie, un detalle claro sobre fecha y hora del hecho ocurrido. Te recomendamos investigar y seguir a cuentas de fact checking en redes sociales o de periodismo independiente que estén abocados a esa labor. 
    6. Chequea si es un sitio web confiable: Nunca está demás subir la mirada hacia la barra de direcciones del navegador web que utilizamos. ¿Te has percatado si tiene, tal vez, alguna letra adicional al portal web que tenías intención visitar o si tiene una terminación distinta a la usual? Asimismo, revisa si se trata de un sitio web que cuente con verificación. 

Encontré información falsa y malintencionada, ¿Qué opciones de acción tengo? 

Frente a esta interrogante, la buena noticia es que tienes una diversidad de opciones entre las cuales escoger. No es nuestra intención delimitar tu acción o decirte qué camino es definitivamente superior frente a los demás, de modo que nos limitaremos a presentarlas.

Entre ellas, resaltamos las siguientes: 

    • Ignorar la publicación: Si bien esta es una medida bastante rápida (te requiere solo seguir scrolleando), considera que esta publicación problemática va a seguir existiendo y la situación realmente no cambiará. A menos, claro, que sean otrxs usuarios quienes reaccionen de alguna u otra forma a ella. Si estás enfrentando alguna clase de dificultad dada por exposición a este tipo de contenido, tal vez sea una vía efectiva para ti.
    • Compartir y reaccionar: Así quieras hacerlo visible para que el contenido o creador de este sea juzgado, sancionado, etc.Haz una pausa y evalúa si es que, en realidad, podrías estar contribuyendo al tráfico del contenido en cuestión. Incluso si reaccionas con un “me enoja” en Facebook, podrías estar incidiendo en que la población tenga mayor alcance a otrxs usuarios.  
    • Bloquear la cuenta: Dejarás de ver el contenido, lo cual te dará tranquilidad mental. No obstante, otr@s podrán verlo y consumirlo de todos modos. En caso se trate de un ataque personal en contra de tu persona, esta puede ser una medida momentánea al ser que quien maneje la cuenta puede crear otra y compartir en ella el contenido malintencionado en cuestión. 
    • Reportar la publicación y/o cuenta: Con esta acción, a la plataforma digital en la que haya sido publicado el contenido le llegará una notificación. A partir de esta, y las opciones de reporte con las que se cuente, la plataforma evaluará el tipo de medida a tomar.

Es parte de la formación de una ciudadanía con pensadores crítcxs, que precisamente podamos desplegar nuestra agencia en total libertad y, por tanto, tomar las decisiones que reflejen mejor nuestros usos y necesidades. Adicionalmente a estos consejos, considera también el poder de la colectividad en línea frente a situaciones de injusticia: experiencias de organizaciones y colectivas por la defensa de derechos nos muestran que, por ejemplo, reportando coordinadamente una publicación haría más sencilla y efectiva la tarea. Más allá de la medida a la que podamos acceder, es importante notar la vigencia de la potencia de la acción colectiva para la búsqueda de cambios, ¿Por qué no pensarlo también en ese registro cuando estamos en Internet? Si nos protegemos nosotrxs frente a las informaciones falsas y discursos engañosos, también estamos protegiendo a nuestra comunidad de ellos. 

 

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