La semana pasada, el diario El Comercio visibilizó cómo en grupos de Facebook miles de varones se organizaban para acosar sexualmente a las usuarias del Metropolitano de Lima. Encontraron que de manera impune, estos acosadores y usuarios de la plataforma, comparten los horarios de mayor concurrencia, así como expresiones donde celebran que distintos buses de dicho transporte están fallando, pues se aprovechan de la cogestión que esto genera para realizar tocamientos y roces indebidos las usuarias del Metropolitano.
Para las mujeres, este tipo de acciones no son nuevas, pues somos las principales afectadas de este tipo de delitos y por las insuficientes acciones de parte de las autoridades y responsables de las entidades de transporte para prevenir el acoso callejero y mucho más para encontrar reparación o sancionar el acoso callejero, considerando que desde el 2015 existe la Ley N° 30314 que busca prevenir y sancionar el acoso sexual callejero a nivel nacional y desde el 2018 existe el Decreto Legislativo N° 1410 que incorpora el acoso como un delito.
Ademásm la ATU (Autoridad Unica de Transporte) publicó un reglamento para la prevención y sanción , la cifra indicada en la nota antes mencionada (195 casos de acoso sexual en el Metropolitano durante el 2022, 2023 y 2024) no necesariamente representa la realidad de las violencias que atraviesan las usuarias en ese transporte público. Además, no se esta registrando el acoso sexual que se comete en otros trasnportes publicos o espacios públicos. Un ejemplo de ello es que en el 2022, Paremos el Acoso Callejero (PAC) en colaboración con Plan Internacional realizó un investigación exploratoria sobre la percepción de acoso callejero en el período de confinamiento por la pandemia del COVID-19. Esta reveló que la percepción de este tipo de violencias se mantuvo y que incluso, en algunas ocasiones, quienes perpetúan este tipo de acoso fueron los agentes del orden, como la policía.
Actualmente, en ciudades como Ciudad de México, se han tomado medidas separatistas, donde existen bajones rosas para las mujeres, disidencias e infancias y los bajones para varones. Si bien, estas acciones no resuelven el problema de fondo, si reducen el impacto en la vida de las mujeres y personas LGBT+ frente a su derecho a un traslado y vida libre de violencias. Esto es importante de resaltar, frente a la única medida que ha tomado la ATU que es diferenciar filas de hombres y de mujeres para abordar los buses del Metropolitano. Así también se evidencia que el diseño y estrategias de constitución de las ciudades, así como del transporte público, no cuentan con un enfoque de género real.
Otro punto a resaltar, y lo que nos convoca principalmente, es que se utilizan las plataformas digitales como las redes sociales para una coordinación impune en la ejecución de este tipo de violencia de género. También es importante resaltar el rol de las plataformas digitales, pues si bien en la teoría, plataformas como las de Meta, tiene sus propios canales de denuncia donde podríamos reportar este tipo de acciones por incitar a la violencia, en la práctica no son suficientes, no reduce de manera optativa la propagación del odio, machismo y demás violencias que existen y se perpetúan en sus sitios.
Violentos en red, violentos a la calle
Los ataques coordinados no son acciones nuevas. Los acosadores, hostigadores y principalmente varones que habitan internet están divididos y organizados de distintas maneras para realizar ataques coordinados hacia mujeres y disidencias. Estos ataques, principalmente son en línea, sin embargo muchas veces pueden trasladarse a acciones fuera de la red.
Dentro de ellas, se han identificado, en diferentes comunidades digitales, a un perfil de varones que realizan ataques misógino, y que se les ha llamado «incel», por sus siglas en inglés involuntary celibate, es decir “celive involuntario”. Este perfil de sujetos, son hombres cisgenero heterosexuales de edades que pueden ser desde adolescentes, hasta adultos mayores que, responsabilizan a las mujeres por no mantener ningún tipo de vinculo afectivo o sexo afetivo. Estos sujetos, realizan acciones misóginas en diferentes espacios de Internet y hacen uso de foros para narrar las violencias que cometerían y han cometido, a modo de hazañas que son celebradas por sus pares, además de incitar a otros a cometerlas. Si bien, en el caso de las coordinaciones para acosar sexualmente a mujeres en el Metropolitano, no podemos afirmar que los usuarios de esos grupos de Facebook son parte de este repudiable espectro “incel” pero sus acciones calzan con el perfil descrito.
Desde Hiperderecho y el proyecto Después de la Ley, acompañamos un caso sobre ataques coordinados a una activista, donde la violencia digital, el hostigamiento y el acoso hacia sus cuentas en redes sociales se trasladó a los espacios físicos. Si bien este caso inició en el 2018 y el litigio sigue en proceso, pudimos evidenciar que las fiscalías a cargo de las investigaciones correspondientes no sabían cómo abordar este tipo de denuncia y las acciones que siguen realizando a la fechas, son completamente revitalizadoras.
¿Las tecnologías facilitan el acoso callejero?
Los espacios digitales, como los físicos, son equivalentes a espacios públicos. Lo ocurrido en el Metropolitano lo evidencia. Por eso reforzamos la consigna que lo digital es real y tiene consecuencias tangibles, especialmente para mujeres y disidencias en el transporte público.
La analogía que siempre uso para ambos tipos de violencia, es que el acoso callejero es como un peaje que las mujeres estamos sometidas a pagar por atreverse a salir a los espacios públicos. En lo digital, la violencia de género en línea, es el equivalente a ese peaje, por expresar nuestras opiniones o simplemente existir.
Otro ejemplo del mal uso de las tecnologías desde la intersección de estas violencias es cuando los acosadores usan sus celulares para grabar a mujeres sin su consentimiento en el transporte público. Este tipo de violencia no solo ocurre en el transporte. He sido víctima, como muchas mujeres, adolescentes y niñas, de acoso donde el agresor graba por debajo de la falda con su celular, en cualquier espacio público.
¿Cómo abordan las autoridades estos delitos? ¿Qué hacen para prevenir que la tecnología se facilite otro tipo de violencia como el acoso sexual callejero?
Desde Hiperderecho y mi experiencia como activista y especialista en acoso callejero y violencia de género línea, considero que tres factores obstaculizan la prevención y sanción de estas violencias:
- La primera de ellas es la ausencia absoluta del enfoque de género en el ejercicio de las funciones de las y los funcionarios públicos que atienden ese tipo de problemáticas.
- El segundo, es el gran desconocimiento de cómo funcionan las tecnologías, por parte de las y los funcionarios públicos que atienden este tipo de delitos, quienes no dimensionan las modalidades y las características particulares que la violencia de género en línea ha adaptado y creado desde estos mismos espacios digitales, o que la tecnología ha facilitado para seguir perpetuando.
- Por último, y es un mal que transversaliza cualquier tipo violencia y delitos, es la poca voluntad política que tienen los funcionarios públicos para abordar este tipo de temas.
También podría afirmar que es el machismo interiorizado y el desprecio absoluto por las mujeres y disidencias, o todo aquello que no es hegemónico, sumado a la poca o nula capacitación en materia de alfabetización digital de parte los actores involucrados en la atención de casos de violencia de género en línea; sin embargo, necesitamos mayor evidencia nacional frente a esta hipótesis. Y claro, voluntad política para transformar esta dura realidad.
Por otro lado, los celulares también son una herramienta para detener el acoso callejero, así como para recabar evidencia y las plataformas digitales como las redes sociales, un espacio para difundir y visibilizar estas violencias, convocando a las autoridades correspondientes para que actúen. En ese sentido, la prevención y exigencia de medidas frente al acoso callejero , así como al violencia de género en línea, también es una tarea de la ciudadanía, de lxs testigos.
Informémonos más sobre acoso en la calle o en la red
Si quieres conocer más sobre acoso callejero y cualquier tipo de violencia de género en línea, visita las redes sociales de las compañeras de Paremos el Acoso Callejero (PAC), así como nuestra web y redes sociales en Hiperderecho o Tecnoresistencias.
También puedes revisar el Instagram Live que realizamos en 2023, junta las PAC y Luchadoras de México, sobre cómo se interseccionan este tipo de violencias, en el marco de la Semana Internacional contra el Acoso Callejero que se conmemora la última semana de abril.
Coordinadora de Activismo