
Nos encontramos en una década decisiva. A medida que las desigualdades, divisiones y tensiones geopolíticas se profundizan, el futuro se torna más incierto. Según el Reporte de Riesgos Globales 2025 –un documento que realiza anualmente el WEF desde 2005–, nos acercamos a un escenario de fragmentación que reúne retos de naturaleza ambiental, social, tecnológica y geopolítica.