Autocuidado frente a la sobrecarga informativa

Internet como medio de información y defensa 

Frente a los actos de represión y violencia que han dejado hasta el momento 51 peruanos asesinados, los medios de comunicación tradicionales han mostrado una postura parcial y sesgada frente a las demandas de la ciudadanía que se ha movilizado en distintas regiones del país. En ese sentido, son los medios digitales y alternativos los que han realizado una cobertura imparcial de la ciudadanía movilizada y de las acciones violentas de las fuerzas del orden para con ellos. Desde el registro audiovisual, la investigación con fuentes verificadas y desde las crónicas, nos han brindado información que no obtenemos de parte de la prensa tradicional peruana.

El alcance de esta información, solo ha sido posible por el uso de tecnologías de la información y comunicaciones, entre ellas el Internet. Del mismo modo, es importante reconocer que la misma ciudadanía presente en las manifestaciones y sus alrededores, ha sido fundamental para el registro de la vulneración de los derechos humanos por parte de la policía y  del ejército. Desde sus celulares, han grabado y compartido este material usando sus cuentas de redes sociales, en los grupos organizados y en espacios de mensajería con amistades y familiares; siendo estos los canales de difusión inmediata. Ese registro será fundamental para las investigaciones actuales y posteriores, así como también están siendo difundidas por los medios de comunicación alternativos. Esos mismos celulares han sido usados para “apaciguar” y detener la violencia de agentes del orden en algunas de esas ocasiones. Sin embargo, que los estemos grabando, no necesariamente garantiza que la represión cese, pero generamos evidencia. 

Por eso, les alentamos como ciudadanía, a usar los equipos celulares y demás dispositivos tecnológicos como herramientas de defensa de los derechos humanos. Registra y comparte, no tenemos que considerarnos activistas para ayudar a visibilizar las injusticias.

Silenciar para cuidarme

Si bien, el registro y uso de Internet para difundir este tipo de material, es importante para mantenernos realmente informades, Internet también permite que los discursos de odio y narrativas anti derechos tengan el mismo alcance. En muchos de los casos, es la prensa tradicional la que inicia las narrativas con esas posturas, pero es la ciudadanía digital quien las replica.

Con esa premisa, podemos afirmar que dejar de seguir o silenciar a un medio de comunicación o líder de opinión resulta mucho más sencillo que silenciar a nuestres amigues o  familiares. Sobre todo cuando no solo comparten noticias falsas, sino que las acompaña de su opinión y narrativas perpetradoras de los discursos de odio. Cuando me ha sucedido esto, ha sido decepcionante ya que me confirma que a quienes aprecio, están muy lejos de la realidad o que simplemente piensan y actúan desde el individualismo por decisión propia.

Reconocer a esas personas a las que les tenemos afecto y que al mismo tiempo son disparadoras de narrativas de “terruqueo”, de discriminación como racismo y clasismo o que justifican los asesinatos, es el primer paso para filtrar el contenido que queremos consumir. Reconozcamos que esa dicotomía es posible: quiero ver como le va, quiero ver el contenido que generan, pero me duele e incómoda que difundan discursos de odio. Silenciarlas, no está mal, es autocuidado digital.

Desde mi experiencia, también me ha resultado liberador, pues ya no tenga ese impulso de responderles y debatirles las narrativas de odio que expresan. Ese intercambio de posturas, con personas cercanas, en ocasiones me ha generado más diferencias que cercanias. Como recomiendo cuando me refiero a «los debates» familiares y amicales sobre feminismos: elijamos nuestras batallas. Dejar de seguir o silenciar a esos perfiles, es una práctica de autocuidado para nuestra existencia en internet,estamos en todo el derecho de buscar nuestro equilibrio entre mantenernos informadas y cuidarnos en el camino. 

Como en cualquier crisis social o política, también nos podemos sentir abrumadas por la sobrecarga de información. Sobre todo porque la vida, más allá de las protestas, continúa y el sistema del que somos parte, pocas veces nos permite detenernos para estar tristes o enojades. Por eso, cuando mencionó el autocuidado digital, también hago referencia a racionar el consumo que tengamos sobre el tema. Un ejercicio que me ha resultado, y recomendamos desde las prácticas de autocuidado digital en Hiperderecho, es organizar horarios para mantenernos informades. Pueden ser desde 15 minutos, 2 horas al día, o un día completo. Une decide cuanto y cuando. Para esto también podríamos realizar un filtro sobre las fuentes confiables a las que vayamos a recurrir para ello. 

Otra práctica es consumir contenido que nos mejoré la experiencia con Internet. Pueden ser desde recetas en Instagram, trends en Tik Tok, hilos sobre las actualizaciones de nuestra banda favorita o demás consumo y actividad en Internet que nos haga sentir bien estando conectades. No permitamos que la sobrecarga de información nos arruine la relación con Internet. 

Si atravesamos alguna situación abrumadora durante esta dura crisis nacional, te recomiendo, más allá de tener a une profesional de la salud mental, que acudas a Vita Activa, esta es una línea de ayuda que funciona desde distintos espacios de mensajería. Ellas brindan acompañamiento digital si estás experimentando estrés, trauma, crisis, cansancio crónico y/o violencias de género. 

Los cuidado colectivos son igual de importantes: 

Así como alentamos a que usemos Internet y las demás tecnología de la información y comunicaciones, como herramientas de prevención y de defensa de los derechos humanos, también recordemos que son esos son canales importantes para protestar, ciberactivar y generar incidencia. Por eso, desde Hiperderecho les compartimos nuestras herramientas para que puedan tomar las recomendaciones de seguridad digital, antes, durante y después de ejercer nuestro derecho a la protesta: 

Recordemos que protestar es un derecho y cuidarnos para ello, también lo es.

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