Diez años en defensa de los derechos digitales en Perú

Hiperderecho nació como una organización de la sociedad civil con un objetivo ambicioso, sí, pero también necesario: el promover el respeto de los derechos y libertades en entornos digitales. Para el cumplimiento de esta meta, a lo largo de estos diez años, formaron y forman parte de Hiperderecho un equipo diverso de personas que, desde sus especialidades y su interés por la tecnología, aportaron de forma invaluable para el fortalecimiento del ecosistema digital y el respeto de los derechos humanos en nuestro país.

A lo largo de este tiempo, Hiperderecho ha realizado distintas acciones que se podrían englobar, principalmente en: incidencia en políticas públicas, litigio estratégico, activismo, investigación, y capacitación a través de talleres y acciones educativas. En cada una de estas acciones, los equipos y las personas que los conforman brindaron lo mejor de sus conocimiento y capacidades para lograr posicionar a Hiperderecho como actor relevante en el espacio de tecnología y derechos humanos.

Asimismo, es importante mencionar que durante estos años hemos ido estrechando lazos con organizaciones pares en la región y forjando alianzas que nos permitan brindar respuestas colectivas a desafíos comunes. Todas y cada una de ellas han aportado al crecimiento y consolidación nuestra: compartiendo conocimientos, experiencias similares, discutiendo problemas y soluciones similares, etcétera. Nuestro más grato agradecimiento a todas ellas, que sin su apoyo Hiperderecho no sería lo que es hoy.

Por último, también es importante agradecer el apoyo de nuestros financistas y donantes. Gracias a su preocupación por el fortalecimiento de los derechos digitales y de la participación de actores de la sociedad civil en dicho ecosistema, Hiperderecho ha podido realizar y ejecutar sus proyectos y cumplir sus objetivos institucionales. A ellos, nuestro agradecimiento y renovación de compromiso por seguir trabajando juntos en miras a fortalecer el ecosistema digital peruano.

Finalmente, más que una fecha para celebrar, tomamos estos diez años como un espacio de reflexión. Si bien nuestro trabajo se enfoca en los derechos humanos en espacios digitales, nos es imposible ser ciegos ante la situación actual que atraviesa nuestro país. No es posible garantizar el pleno respeto de los derechos humanos sin que se erradiquen y combatan los espacios de violencia (física o virtual). Las desigualdades estructurales que se manifiestan, en nuestro trabajo, en falta de infraestructura de telecomunicaciones, falta de acceso a Internet y una muy grande brecha digital, también son latentes y son detonantes del descontento de los ciudadanos y ciudadanas. La tecnología, en este caso, ha servido para poder registrar excesos en el uso de la fuerza pública y vemos que, desde este lado, también servirá para determinar responsabilidades y, posteriormente, lograr reparación. 

Nuestro trabajo, en la medida que no se superen las brechas y desigualdades que generan una afectación de los derechos humanos, siempre estará incompleto y habrán cosas por hacer. Y hacia ello vamos: a seguir trabajando por un ecosistema digital más libre, más seguro, más justo.

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