El 21 de febrero se celebra a nivel global el Día Internacional de la Lengua Materna: una fecha para promover la diversidad lingüística y recordarnos la importancia de la lengua materna para la construcción de nuestra identidad. A través de ella no solo nos comunicamos, sino que aprendemos sobre el mundo, adquirimos habilidades cognitivas, formamos parte de una comunidad y compartimos nuestros saberes y experiencias. Nuestras sociedades existen y se expresan a través de las lenguas.
Lamentablemente, a nivel mundial existe un alto riesgo de desaparición de ciertas lenguas. Según estimaciones de la Unesco, al menos el 43% de las 6000 lenguas del mundo están en peligro de extinción. En comparación con esta alarmante cifra, pocas lenguas tienen presencia en los sistemas educativos, el dominio público y el entorno digital. Eso determina que su preservación sea aún más difícil, creándose nuevas brechas y barreras.
Las lenguas en el ciberespacio
En la actualidad, Internet es un espacio más de interacción: es un entorno en el que nos relacionamos, hacemos trámites y pagos, aprendemos y, en general, ejercemos distintos derechos. Sin embargo, no todas las personas participan en él. Existen brechas importantes que impiden que accedamos y aprovechemos por igual las potencialidades de Internet.
Estas brechas están relacionadas con distintos tipos de desigualdades (de género, ingresos, conectividad, etc.). La lengua no es ajena a este panorama: el riesgo que las lenguas enfrentan también se traslada al ciberespacio. Esto significa no solo que las lenguas amenazadas tienen poca presencia en Internet, sino que tienen menos posibilidades de disfrutar de todos los mundos que el entorno digital abre, afectando el ejercicio de múltiples derechos.
Durante las últimas décadas, a nivel internacional, las distintas organizaciones trabajando en la gobernanza de Internet han alcanzado un consenso importante: Internet debe ser libre, abierta, incluyente y accesible. Por ejemplo, para la universalización de Internet, Unesco considera que deben cumplirse con los llamados principios ROAM (por sus siglas en inglés), según los cuales Internet debe estar basada en los Derechos humanos, ser abierta, ser accesible para todos y contar con la participación de múltiples partes interesadas. Sin embargo, las barrreras lingüísticas —y otras barreras sociales asociadas a ella— hacen que este estándar sea difícil de cumplir.
Una primera barrera de entrada es la conectividad: los hablantes de lenguas en riesgo generalmente pertecen a comunidades en situación de vulnerabilidad cuyo acceso a Internet puede ser muy precario, lo que dificulta que existan contenidos en sus idiomas. A ella se le suman las brechas de alfabetización digital y de capacidades digitales. En conjunto, estas dimensiones hacen parte de la brecha digital. Sin embargo, hay otros elementos que también es necesario explorar: por ejemplo, la ausencia de caracteres codificados en el estándar Unicode que representen el alfabeto de estas lenguas: ¿si no puede representarse en la web, cómo puede existir en línea?
Lenguas indígenas e Internet
Las tecnologías digitales tienen un gran potencial transformador. Sin embargo, los retos de conectividad, recursos y alfabetización digital amenazan la existencia de lenguas indígenas en Internet. Este problema no es nuevo: ya en 2003, la Unesco publicó su Recomendación sobre la promoción y el uso del plurilingüismo y el acceso universal al ciberespacio. En ella, propone estrategias que combinan la elaboración de contenidos y sistemas plurilingües, la apertura del acceso a redes y servicios, el desarrollo de contenidos en el dominio público (como archivos públicos o sistemas de acceso libre) y el correcto balance entre derechos de autor e interés público.
Como señala el Plan de Acción Global para el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas (2022-2032), las tecnologías deben contribuir con la transmisión, preservación, revitalización, creación y promoción intergeneracional de lenguas indígenas. Para la preservación y revitalización de lenguas indígenas, el entorno digital es crucial: permite dar mayor visibilidad, combate la narrativa de lo indígena como “anacrónico”, a la vez que revierte el proceso histórico de discriminación en el que se encuentran.
En estos años, han surgido iniciativas importantes en este sentido. Recientemente, Unesco ha publicado una compilación de iniciativas a manera de caja de herramientas. Allí puedes encontrar ejemplos y estudios de caso concretos sobre cómo emplear Internet para conservar, promover y revitalizar las lenguas indígenas. Por ejemplo, puedes leer sobre cómo creadoras de contenido utilizan el humor para difundir contenido en quechua chanka mediante QuechuaMemes.
Internet y accesibilidad: la situación de la Lengua de Señas
Cuando Internet surgió, la transferencia de datos estuvo centrada en el texto: se intercambiaba información escrita entre computadoras. Conforme el entorno digital fue creciendo, se exploraron otras formas de interacción y creación de contenido. Hoy en día, es imposible para nosotros imaginar una Internet sin vídeos, música o stickers. De hecho, son cada vez menos los contenidos exclusivamente escritos. El contenido multimedia llegó para quedarse.
A pesar de esto, las personas sordas difícilmente encuentran contenidos en su idioma (en el caso de Perú, la Lengua de Señas Peruana). Esto no es una condición necesaria ni inherente a Internet: de hecho, la web puede ser construida de manera accesible para todas las personas. La World Wide Web Consortium (W3C), por ejemplo, desarrolló directrices de accesibilidad (las Web Content Accessibility Guidelines), entre las cuales se encuentran no solo los subtítulos (que, al ser necesariamente en lenguas escritas, no se corresponden necesariamente con la lengua materna de las personas sordas), sino también la interpretación en lengua de señas y la inclusión de contenidos alternativos en texto de lectura fácil. Lamentablemente, no es un estándar que a menudo se cumpla. ¿Cuántas veces has encontrado entradas con interpretación en Lengua de Señas en la web?
El reto
A pesar de que la tecnología ofrece un sinfín de posibilidades y herramientas que podrían facilitar la inclusión de más lenguas (por ejemplo, modelos de traducción con entrenamiento), estas barreras son difíciles de derribar. Por esto, es sumamente importante que las iniciativas de transformación e inclusión digital tengan en cuenta también al idioma. Si sólo “migramos” a la virtualidad sin tomar en cuenta las necesidades de las personas usuarias, lo que sucederá es que, con la intención de cerrar brechas, se abrirán muchas más.
Otros recursos
- En 2023, Hiperderecho publicó su guía de protección digital en protestas en cuatro idiomas originarios del Perú: quechua chanka, quechua collao, aimara y shipibo conibo.
- En 2022, con el apoyo del Programa Líderes de Lacnic, pude realizar una investigación exploratoria sobre la situación de la comunidad sorda en el Perú en su relación con las TIC.
Directora de Investigación