No hay antirracismo sin decolonialidad

Cuando he anunciado o afirmado en espacios feministas, activistas,  de amistades cercanas que la tecnología  también  debe ser decolonial y antirracista, la reacción ha sido generalmente receptiva. Sin embargo, al plantear este tema en espacios de debate sobre gobernanza de internet o derechos digitales, en el Perú, la respuesta no siempre ha sido la misma. Ello genera contraste con la situación que se da cuando hablo de estos temas en espacios de gobernanza de internet y de derechos digitales en la región o en el norte global: la respuesta es similar a la de mis círculos más cercanos; es decir, asienten y no hay sorpresas en esas afirmaciones.

Además, es relevante recordar que antes de 1421 todos los territorios de este lado del mundo no sentíamos vergüenza por nuestro color de piel y tampoco teníamos este deseo o aspiración a la blanquitud que los invasores españoles,  portugueses, ingleses y franceses nos vinieron a instaurar, como menciona Galeano 1. Tampoco la necesidad de ser consciente de haber nacido negra e identificar la lucha que eso implica, como  relata Leila Gonzales. De este modo, para hablar de antirracismo en las tecnologías en Perú, como en otros países de la región, debemos partir de hablar de remover la colonialidad heredara; o como mínimo, reconocer que sin la invasión, la única verticalidad que tendríamos sería la de la clase:

Hago esta reflexión en el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial porque, si en el Perú ya es difícil reconocer que somos un país absolutamente racista y clasista, con una herencia bastante aspiracional y servicial a todo lo que es blanco y hegemónico, ¿Cómo podemos avanzar hacia una Internet y tecnologías decoloniales y antirracistas? 

Las brechas digitales, también son discrimnación racial

Hoy no tengo la respuesta sobre el cómo en su totalidad, pero esta reflexión está basada en espacios de diálogos descentralizados y diversos. Más allá de la visión binaria de las tecnologías e Internet en nuestro país, esta sigue teniendo un enorme sesgo racial, no solo en el desarrollo de las tecnologías locales, sino también en la forma en la que se legislan y promulgan las normativas en cada uno de nuestros territorios.

En los últimos 3 años he tenido la oportunidad de participar en espacios activistas, feministas y de sociedad civil de distintas regiones del países que trabajan en la defensa de los derechos humanos, y cada vez que he mencionado que existe una Secretaría de Transformación Digital,(STD) las reacciones son de sorpresa, mucho más cuando mencionó que desde julio del 2023 existe una Política Nacional de Transformación Digital. Podríamos calificar de distintas maneras el nulo conocimiento de la ciudadanía sobre esto, pero hoy me enfocaré en la escasa difusión y comunicación no adecuada de la entidad a cargo, en ese caso la STD. 

Esta difusión, a la fecha, es excluyente con los grupos históricamente olvidados del país ¿Cuánta voluntad ha existido y existe de parte de estas organizaciones y sus funcionarios responsables, para trasladar de la manera más asertiva a todo el territorio la Política Nacional de Transformación Digital? Sobre ello, mi percepción es que la política comunicativa tiene un sesgo racial, ya que no todas las etnias y culturas a nivel nacional tienen conocimiento de la existencia de esta dependencia ni de las posibilidades de participar activamente en su regulación y en la elaboración de políticas relacionadas con estos objetivos.

En  el 2017, el CENSO del INEI arrojó que más del 60% de peruanxs se autoidentifica como mestizo,  sin embargo, parece que debemos recordar que no solo construimos tecnologías para ese porcentaje, pues hay una cuarta parte se identificó como persona originaria. Es fundamental que todos los grupos sociales, especialmente aquellos históricamente marginados, participen activamente en la construcción de una internet y tecnologías decoloniales y antirracistas. Esta reflexión también es un llamado a las organizaciones de sociedad civil de las distintas regiones del país a que podamos añadir en nuestras agendas materias relativas a los derechos digitales, así como la gobernanza por una Internet antirracista y decolonial. 

Vamos por una Internet Marrón, una Internet de todxs

Se necesitaran muchas más reflexiones para ir desentrañando los nudos y demás obstáculos que atraviesa el Perú para reducir la discriminación racial fuera y dentro de Internet; sin embargo,compartiré algunos puntos para la reflexión y el llamado la acción colectiva:

  • Reconozcamos que tenemos una gran brecha digital que divide a las personas de espacios rurales de las personas de espacios urbanos y que dentro de ellas hay subgrupos con jerarquías de accesibilidad según sus ingresos económicos, pero también según su color de piel.
  • Consumamos más contenido marrón. Esto no solo lo hablo desde el consumo audiovisual o la literatura únicamente, sino que también hago referencia a que utilicemos aplicaciones, filtros y herramientas digitales que no caigan en este occidentalismo de blanquearse la piel, aclararnos los ojos, alisarnos el cabello y ver una versión nuestra más occidental y, por lo tanto, menos racializada. Celebremos los contenidos de las cholas, los cholos, les marrones, las maricas, los negros y de todos estos rasgos realmente pertnecientes a los origenes den uestra región y que desarrollemos de este lado del mundo.
  • No todo lo que viene del norte global es la norma. Si te interesa o investigas sobre las tecnologías, desde sus política públicas, desarrollo y expansión, busca referentes regionales, contactemos con ellxs y construyamos una Sociedad realmente Latinoamérica del Internet, que no se compare con los avances y sesgos occidentales. Aquí algunas recomendaciones que representan la diversidad de nuestra región: 

Anamhoo (2017):  Las semillas de la revolución, utopías transhackfeministas del presente

Ciberfeminismo y apropiación tecnológica en América Latina

Un enfoque feminista del consentimiento en las tecnologías digitales por Paz Peña y Joana Varon

Afrochingonas

La IA y el derecho de autor por Umut Pajaro

  • Denuncia la discriminación. Distintas plataformas, como las redes sociales, tienen sus propios canales de denuncia sobre publicaciones y cualquier tipo de contenido que sea racista o de otro tipo de discriminación. Explora esas rutas y verifica que sean efectivas. 
  • Añadamos a nuestras agendas colectivas y personales, a la tecnología como parte importante. Si seguimos siendo las mismas organizaciones o personas que, en los últimos 10 años las que trabajamos por la erradicación de las brechas digitales en todas sus dimensiones, no veremos más allá de nuestras burbujas urbanas y mestizas. Necesitamos una mayor participación de distintas organizaciones, colectivos, movimientos y personas en toda su diversidad. Si deseamos una internet libre de violencia de todo tipo, las soluciones desde un punto de vista no trascenderán. 

Construyamos una Internet antirracista y decolonial

Este es un llamado a la diversidad de activistas y organizaciones de sociedad civil, pues así como poco a poco han ido incorporando el género de manera transversal en sus luchas, les invito a que realicen este ejercicio con las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TICs). Las TICs son de todxs. Puedes suscribirte a nuestro boletín, seguir las redes sociales de iniciativas como Wiki Acción, además de participar en los Foro de Gobernanza en Internet locales, como el IGF Perú.

 


  1. “Las Venas Abiertas de Latinoamérica” – 1971, Eduardo Galeano

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