Esta semana se viene el ciclo de conversatorios virtuales «Cero violencia en tiempos de cuarentena» organizado por la Subgerencia de Organizaciones Juveniles de la Municipalidad de Lima. Como parte de nuestro trabajo en temas relacionados a la violencia de género en línea, estaremos participando en uno de los paneles con la presentación “Acoso virtual: Qué es y cómo denunciarlo”, a cargo de Carlos Guerrero, Director de Políticas Públicas de nuestra organización.
Sobre el evento
En estos tiempos de aislamiento, la violencia que se efectúa a través de Internet no se ha detenido y más bien ha aumentado debido al incremento de personas que utilizan la tecnología para diferentes actividades como estudiar, trabajar y mantenerse en contacto con su familia. En ese sentido, nuestra participación busca informar mejor al público sobre conceptos como la violencia en línea y la forma en que está se sanciona en el Perú.
El evento inicia el martes 12 y culmina el sábado 16 de mayo a partir de las 6 pm, contando con cuatro sesiones en donde se abordarán diferentes temas relacionados con la violencia en línea. Nuestra presentación será la primera a realizarse el martes 12 desde las […] pm. .
¿Cómo participar?
El conversatorio será transmitido a través de la página de Facebook Lima Joven, desde las cuales todos los asistentes pueden seguir la transmisión y escribir sus dudas y comentarios. No existen restricciones para la participación.
Puede consultar más información y el programa completo del evento desde este enlace.
La declaratoria de Estado de Emergencia nacional trajo consigo que gran parte de la población vea limitado su libre tránsito por el territorio nacional. Muchas empresas y entidades estatales implementaron sistemas de trabajo remoto, al tiempo que centros educativos de distintos niveles empezaron a usar Internet para el dictado de clases. Las actividades de entretenimiento en línea también aumentaron con más personas usando las plataformas de streaming o de videojuegos en línea. Todo ello, sin duda, ha incrementado el tráfico en Internet. ¿Cómo ha respondido ante ello el sector telecomunicaciones en nuestro país?
Incremento del tráfico
De acuerdo a reportes hechos por OSIPTEL, solo durante la primera semana de cuarentena (del 16 al 22 de marzo) el tráfico de datos en redes móviles creció entre 21% y 36% en redes fijas. La semana siguiente, entre el 23 y 27 de marzo, el tráfico en la red móvil se incrementó hasta un 20%, mientras que la red fija incrementó hasta un 42%. Las aplicaciones más populares en el país como WhatsApp, Netflix, Facebook, o TikTok también han visto aumentado su tráfico de datos en más de un 90% en redes fijas. Como podemos intuir, mientras más personas se quedan en casa más tiempo, el uso de Internet en casa incrementa y con ello uso de datos en distintas aplicaciones y el tráfico en general también.
En el artículo anterior de esta serie vimos las desventajas tanto de precisión como de consumo de energía del GPS y la triangulación. Además del evidente impacto en la privacidad y seguridad de las personas sometidas al monitoreo constante del gobierno. Frente a estas desventajas, se ha discutido una idea aparentemente innovadora que podría resolver todos los problemas anteriores: usar Bluetooth.
A diferencia del GPS, las aplicaciones basadas en Bluetooth tienen las siguientes ventajas:
Son más precisas en el trabajo de identificar un dispositivo cercano
Pueden funcionar en entornos cerrados donde la señal móvil es un problema como edificios o estacionamientos subterráneos
No necesitan estar conectado a una red o a Internet todo el tiempo para funcionar
No recogen la información de la localización geográfica ni el recorrido de sus usuarios
No consumen mucha energía del equipo
¿Pero cómo funciona una app de rastreo de contactos basada en Bluetooth? La propuesta de la mayoría de apps y plataformas que la han implementado o piensan hacerlo es la siguiente. Cada teléfono tiene asignado un identificador único que se emite mediante la señal Bluetooth, de tal manera que otro teléfono pueda «escuchar su identificador» cuando lo tenga cerca. Algo así como si cada teléfono gritara un pseudónimo de su dueño mientras este va por la calle. De esta manera, cada vez que un dispositivo detecte una señal cercana (o sea, escuchen los “gritos” de otro teléfono), almacenarán dicho identificador localmente, formando poco a poco un historial de todos los teléfonos, y por lo tanto personas, que han estado cerca del usuario.
Aquí es donde se inicia otro punto de discusión. Por un lado tenemos el modelo centralizado, como se decidió en países como Inglaterra o Alemania, donde se almacena centralmente la información de a quién corresponde cada identificador. Por otro lado, existe un modelo descentralizado, que se ha implementado en países como República Checa con e-Rouska, donde cada teléfono mantiene la lista de los identificadores que en algún momento le fue asignado.
En este último diseño, por ejemplo, se analiza la información de manera descentralizada. Cuando un usuario de la aplicación es diagnosticado positivo, las autoridades de salud pueden acceder a la lista de identificadores que su teléfono ha generado durante todo el tiempo que ha tenido instalada la aplicación. Aunque son únicos, estos identificadores van cambiando de forma frecuente, por lo que podría haber más de uno para cada usuario o teléfono. Luego, esta lista se envía a los demás usuarios de la app, para que busquen si en algún momento se han cruzado con el usuario diagnosticado positivo. Este procedimiento sería automático y, cuando existan coincidencias, los usuarios que estuvieron cerca del contagiado reciben una alerta para que tomen medidas de prevención y diagnóstico.
Este enfoque descentralizado también ha sido adoptado por Google y Apple en un trabajo conjunto para poner a disposición APIs que simplifiquen el desarrollo de apps con este tipo de tecnologías. A pesar que esta API estará disponible para todos los desarrolladores únicamente instituciones de salud del gobierno estarán autorizados de publicarla en las tiendas oficiales de App Store y Play Store.
Desde el punto de vista de privacidad, el método descentralizado parece mejor ya que estos identificadores únicos no son almacenados en el servidor de alguna institución del gobierno. Lo que no solo reduce la posibilidad de que sean explotados para otros fines, sino también evita que nuestra seguridad dependa de la seguridad informática de ese servidor. Además, el acceso a la lista de contactos cercanos con los otros usuarios se realiza solo en el caso de los contagiados y previo consentimiento.
¿Seremos salvados por el Bluetooth?
A pesar de que este procedimiento se presenta como novedoso, existe registro de una aplicación similar lanzada en 2011 por investigadores de la Universidad de Cambridge. En esa oportunidad, sus creadores intentaron hacer un seguimiento de la manera en la que la gripe se propaga dentro de su población. ¿Funcionó? No, principalmente por la poca adopción de que obtuvo la aplicación entre la población a la que iba dirigida (1%).
Por más buenas ideas que se hayan presentado y tecnologías que las soporten, el principal problema con cualquier app es su adopción de parte de los usuarios. Aún siendo optimistas, si la tecnología en sí misma es todo lo que promete ser, todavía está el reto de que todo el público objetivo descargue la aplicación. El problema es que el público objetivo es todo el país. No obstante, si esta app fuera diseñada únicamente para los médicos o enfermeros, podría tener un alcance inmediato y mayor.
Otro problema evidente es que que no todos los ciudadanos tienen un smartphone con la última versión de sus sistemas operativos (Android o iOS) o un teléfono sencillo siquiera. Pero aun si lo tuvieran, ¿cómo garantizar que van a descargar la app y la van a mantener activa mientras de desplazan? Aun si la hicieran de uso obligatorio, ¿cómo harían ese control? Singapur, el país que es considerado como ejemplo del uso de estas tecnologías y que tiene un gran porcentaje de su población educada digitalmente, tan solo tiene un índice de adopción menor al 30% con su app TraceTogether.
La aplicación Perú en tus Manos, por ejemplo, tiene más un millón de descargas en Play Store de Android. Aunque es un buen número para una aplicación peruana, todavía representa un porcentaje muy pequeño de la población peruana, que actualmente debe ascender a más 30 millones. A pesar de las observaciones técnicas que hicimos desde Hiperderecho, todavía no es claro el rumbo de esta aplicación que no se ha actualizado desde el 13 de abril y que a pesar de pedir permisos de Bluetooth desde su lanzamiento el 03 de abril, no ha implementado la tecnología de Contact Tracing descrita anteriormente.
Una aplicación es una herramienta de intercambio de información muy potente. Por lo mismo, es necesario que se diseñe desde principio generales sólidos como reducir la acumulación de información y respetar la privacidad de los usuarios. No obstante, su creación misma y despliegue no cambiará los hábitos de las personas, ni tampoco puede ser una solución del deficiente sistema de salud, de la brecha digital y de otros problemas que venimos arrastrando como sociedad y que se han hecho más evidentes durante esta Emergencia Nacional.
Hablemos sobre acoso virtual durante esta cuarentena
Como ya hemos mencionado anteriormente, durante la cuarentena nos hemos percatado de un incremento en los casos de Violencia de Género Online (VGL) que llegan a Hiperderecho.
En ese contexto, hemos notado un fenómeno digital que consiste en ex parejas tratando de entablar contacto con nosotres bajo el pretexto de que necesitan sentirse acompañadxs en esta pandemia. Si bien es cierto no hay algo intrínsecamente negativo en mantener relaciones afectivas con ex parejas (depende mucho de la relación y del contexto). Si estas llamadas, mensajes o intentos por llamar nuestra atención nos empiezan a generar ansiedad, una sensación de inseguridad o miedo, podríamos estar ante una situación de acoso o de violencia virtual.
El fenómeno también se puede presentar de maneras más sutiles o dentro de comportamientos que hemos normalizado. Por ejemplo, tal vez somos nosotrxs quienes empezamos a revisar los perfiles de nuestras ex parejas en redes sociales más frecuentemente. Comenzamos a revisar sus fotos, con quien interactúa, quién aparece en sus historias, pero al tener más información sobre nuestra ex pareja, vemos cómo se empieza a deteriorar nuestra salud mental o emocional. O tal vez vemos el retorno de actitudes controladoras que buscan obtener una especie de control sobre nuestros espacios y vidas. Cuando usamos la tecnología para vigilar, acechar y usar esta información para controlar [a qué cosa o a quién], también estamos frente a una forma de violencia.
Desde que se conoció el primer caso de Covid-19 en Perú, han surgido múltiples ideas de aplicaciones móviles (apps) para entender y contener el impacto que tiene el virus entre nosotros. Una de las ideas más populares es la del uso de tecnologías de seguimiento o tracking para rastrear a los contagiados, supervisar el cumplimiento de la orden de aislamiento y prevenir la expansión del virus. Universidades, instituciones del estado y organizaciones de sociedad civil han hecho llamados a decenas de Hackatones con el fin de encontrar soluciones de este tipo.
El contexto puede variar un poco pero la idea es más o menos la misma en todas las convocatorias: crear una app que ubique y permita hacer tracking del desplazamiento de las personas. Así, cuando un usuario de dicha app es diagnosticado positivo, el historial de sus ubicaciones anteriores podría ayudar a determinar el riesgo de contagio en diferentes zonas de la ciudad y alertar a las personas con las que el contagiado tuvo contacto. También, podría alertar a los demás usuarios cuándo están cerca de una zona de alto riesgo de contagio por la confluencia de contagiados.
El razonamiento anterior parece sencillo, pero su implementación está lejos de serlo. A propósito de la nueva estrategia de geolocalización creada por el Estado a través del grupo “Te Cuido Perú” o la aplicación “Perú en tus Manos.” resulta más relevante que nunca conocer los límites técnicos de esta idea. ¿Realmente el seguimiento y geolocalización de las personas ayudará a reducir la cantidad de infectados en el Perú?¿Nos ayudaría a retomar nuestras actividades normales después de la cuarentena? De ser así, ¿Cuál sería la tecnología más adecuada para realizarlos? ¿Qué medidas deberían tomarse para que se respete nuestra privacidad?
Estas medidas han sido adoptadas como respuesta a la violencia de género que en Perú y en varios países de América Latina se ha mantenido en tiempos de confinamiento social y ha adquirido nuevos matices. Por un lado, muchas mujeres se encuentran confinadas con sus agresores y necesitan medidas de protección inmediatas. Por otro lado, se ha dado la incorporación masiva de las mujeres al teletrabajo y a la virtualización de diversas actividades, lo cual ha incrementado el uso de Internet, especialmente de aplicaciones de videollamadas, y de las redes sociales. Resulta alentador ver la manera en que las activistas feministas han desplegado acciones como movilizaciones virtuales (México) y generación de redes de soporte (Chile).
Sin embargo, tal como hemos demostrado en Hiperderecho, el ámbito virtual en nuestro país no se encuentra exento de violencia de género. Si bien la tecnología es una herramienta poderosa, para las mujeres y personas en situación de vulnerabilidad su uso implica enfrentar situaciones de violencia. Ello impacta tanto la salud física y psicológica de las víctimas como su posibilidad de acceder a Internet. A ello hay que sumarle el hecho de que el confinamiento social aumenta el nivel de vulnerabilidad de las mujeres. Según la Organización de Naciones Unidas, la violencia de género es otra pandemia que está silenciosamente abarcando buena parte del planeta sin que alcancemos a apreciar su real magnitud. Ante este escenario, el Gobierno no sólo debía mantener su capacidad de respuesta ante la violencia de género sino también adaptarse al uso de tecnologías que permitan una tramitación célere y oportuna. Si bien dentro del Poder Judicial se reportaron prácticas que se adaptaron eficientemente al contexto, como lo fue el de la Corte Superior de San Juan de Lurigancho, era innegable la urgencia de la adopción de medidas de carácter nacional al respecto con enfoque de género y perspectiva interseccional.
En Hiperderecho creemos que la tecnología es un medio que puede ser utilizado para desarrollar y potenciar capacidades. Lamentablemente, algunos factores culturales y estructurales repercuten en la idea de quién puede/debe tener acceso a la tecnología. Así, en nuestro país, las mujeres acceden menos a Internet que los hombres, esta brecha de género digital se genera desde la niñez.
Internet y las TIC para resistir juntas
El 23 de abril se conmemora el Día Internacional de las Niñas en las TIC, que tiene como objetivo incentivar la participación de las niñas en áreas de ciencia y tecnología. Sin embargo, no podemos motivar una mayor presencia de niñas en estos espacios, dejando de lado la violencia que enfrentamos en la esfera digital.
Por ello, Hiperderecho participará del evento Día de las Niñas en las TIC organizado por Cultivando Género AC (Aguascalientes, México) y el Centro Cultural de España en Guatemala. Marieliv Flores de Hiperderecho será parte del panel “Enfrentando la violencia en las redes sociales” que estará conformado por mujeres de distintos países de América Latina.
El taller fue un éxito y durante los siguientes meses el equipo de trabajo se dedicó a planear y ejecutar las diferentes etapas del proyecto. Las cuales se desarrollaron bajo la metodología de LabCívico, la cual enfatiza el trabajo colaborativo para poder identificar los problemas y estrategias de acción con miras a generar incidencia.
Después de meses de trabajo, se concluyó con el entregable principal: «Mujeres que resisten: Observaciones sobre el acceso a justicia en casos de violencia de género en línea«. Este informe de lectura rápida se basa en las experiencias de mujeres que han intentado obtener respuesta del sistema de justicia, al denunciar delitos de violencia de género en línea. Para lo cual, las voluntarias realizaron entrevistas, con la finalidad de conocer cómo fue el proceso que vivieron. Además, el informe incluye recomendaciones para una mejor atención de estos casos.
El martes 14 de abril el Presidente Martín Vizcarra anunció la creación del Grupo de Trabajo “Te Cuido Perú”, que entre otras estrategias contará con una plataforma digital que permitirá la geolocalización de las personas diagnosticadas con Covid-19 y su entorno directo. Tres días después, se publicó el Decreto Supremo que desarrolla y especifica cómo funcionará esta estrategia.
Estado de Emergencia no habilita limitar o suspender el derecho a la protección de datos personales
Las declaraciones del Presidente Martín Vizcarra en su conferencia de prensa se plasmaron en el Decreto Supremo 068-2020-PCM, publicado el mismo 14 de abril. Este Decreto modifica el artículo 3 que prorroga el Estado de Emergencia incorporando el numeral 3.10 que enuncia:
El Poder Ejecutivo constituye un Grupo de Trabajo denominado “Te Cuido Perú”, de carácter multisectorial, liderado por el Ministerio de Defensa, que tiene por objeto brindar vigilancia y asistencia a las personas afectadas con el Covid-19 (…) y a las personas que habitan con ellas en sus domicilios durante la fase de aislamiento social obligatorio. En tal sentido, para el adecuado desarrollo de sus funciones, el grupo de trabajo contará con una plataforma digital encargada de la geolocalización de las personas y su entorno directo, así como los demás instrumentos o estructuras funcionales que le permitan el seguimiento clínico, vigilancia, monitoreo, entre otras medidas que coadyuven al cumplimiento del objeto de dicho grupo de trabajo. (resaltado nuestro)
Esta norma, como podemos apreciar, habilita a que el Grupo de Trabajo “Te Cuido Perú” pueda realizar vigilancia y monitoreo de los pacientes y sus entornos empleando la geolocalización. No obstante, el Decreto Supremo no especificó de qué se trata este monitoreo, cuál es el tipo de geolocalización a la que se refiere o qué tecnología implementará la plataforma digital.