¿Por qué nadie contesta el WhatsApp en el Poder Judicial?

La modernidad sigue llegando lento al Poder Judicial, casi un mes de la entrada en vigencia del Decreto Legislativo 1470, que dispuso la habilitación de medios tecnológicos para asegurar la continuidad de sus servicios.. El 19 de mayo la Corte Superior de Justicia de Lima anunció a través de su página de Facebook que ya se encontraba disponible para recibir denuncias de violencia contra la mujer e integrantes del grupo familiar y remisión de las medidas de protección y cautelares comunicándose por WhatsApp al número 970807304. Además, la nota de prensa publicada también señala que estas denuncias se podrían recibir a través del correo electrónico juzgfamilialima@pj.gob.pe. En ambos canales se podrían adjuntar documentos, audios e imágenes, y serían administrados por personal especializado.

En efecto, la apertura de esta vía de denuncia se realiza en cumplimiento de la Resolución Administrativa 140-2020-CE-PJ, que dispone la implementación de líneas telefónicas para el uso de la aplicación de WhatsApp así como el uso de cuentas de correo institucionales para todas las Cortes Supremas. Así también se dispuso el uso de las aplicaciones CamScanner y Google Hangouts Meet para actos procesales como el registro de documentos y la realización de videoconferencias.

Aunque se trata de una excelente idea, no hemos podido comprobar que funcione. A pesar de que han pasado varios días desde el anuncio, esta atención ofrecida vía WhatsApp aún no se encuentra disponible. El equipo de Hiperderecho verificó que este número no se encuentra registrado en WhatsApp, por lo que es imposible iniciar una comunicación con dicha cuenta. Lo mismo ocurrió cuando intentamos llamar, pues nos envió directamente a la casilla de voz.

 ¿Por qué anunciaría la Corte Superior de Justicia un número que aún no está disponible? ¿Quién responde (una vez más) por las expectativas defraudadas de las víctimas de violencia de género? Las autoridades peruanas se encuentran obligadas a actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar y sancionar la violencia contra la mujer. Según la Corte Interamericana de Derechos Humanos, eso implica la atención rápida y eficaz a denuncias de violencia de género con la sensibilidad y capacidad que requieran para no enviar un mensaje de impunidad que aumente la desconfianza de las víctimas en el sistema de justicia.

En Hiperderecho tenemos la convicción que la tecnología puede ser una poderosa herramienta para el sistema de administración de justicia. Tal como lo considera la organización Fair Trials, si bien en tiempos de pandemia se han paralizado alrededor del mundo las actividades judiciales, es necesario recurrir a vías alternativas para la tramitación de causas urgentes como las penales mediante el uso de videollamadas, aplicativos de mensajería instantánea y la vía telefónica. En casos de violencia de género, las nuevas tecnologías le permitirían al Estado actuar sin dilaciones para la protección y seguridad de mujeres e integrantes del grupo familiar.

Sin embargo, la implementación de atención de denuncias por aplicativos de mensajería debe ser parte de una estrategia integral que no resulte lesiva a los derechos fundamentales. Especialmente, los de grupos en situación de vulnerabilidad que ven agudizada su condición en estos tiempos de cuarentena. En este caso, se está atentando contra el derecho al acceso a la justicia de las víctimas, colocándolas en una lamentable situación de indefensión. Lo que es peor aún, la Corte Superior de Justicia de Lima no ha comunicado que el servicio no se encuentra disponible por el momento. ¿Cuántas mujeres habrán intentado usar este servicio sin éxito y sin entender que lo que ocurre es una omisión por parte del Estado?La modernización de la administración de justicia debe llevarse a cabo de una manera integral, eficaz y meditada. No debe lesionar derechos fundamentales ni aumentar la vulnerabilidad de grupos que históricamente han enfrentado la indiferencia y la impunidad por parte del Estado. Así también, es crucial que existan protocolos para que el personal responsable del servicio pueda atender a las y los usuarios con enfoque de género, evitando la revictimización en las interacciones y en la recabación de los medios probatorios. A nivel tecnológico, se requerirá un tratamiento diligente de la evidencia administrada, custodiando su confidencialidad y preservando su autenticidad. La modernización de la justicia no es una mera formalidad ni un ejercicio de relaciones públicas: es una necesidad urgente para que peruanas y peruanos que llevan tiempo esperando justicia.

Cuando pedimos un uso responsable de Internet, ¿en quién pensamos?

Estamos cumplimiendo con medidas de distanciamiento social obligatorio para disminuir el ritmo del contagio del Covid-19 desde marzo. Bajo esta nuevo contexto, gran parte de la población trabaja desde casa, estudia a distancia, se reúne virtualmente, o simplemente pasa su tiempo libre en línea. Para muchas personas, esto ha significado empezar a utilizar Internet y/o realizar un mayor uso de este, ya sea por razones profesionales o personales.

Todo ello conlleva a una constante preocupación por la eventual congestión de la red. Ante lo cual, casi desde el inicio del distanciamiento surgieron invocaciones a usar Internet de forma “responsable”. Esta campaña fue iniciada por el gobierno, pero rápidamente se sumaron empresas operadoras y de telecomunicaciones pidiendo a la población que limitemos el uso que hacemos de Internet, bajo la consigna de que existe una mejor o peor manera de usarlo durante la cuarentena.

El mensaje tan reiterativo de un «uso responsable de Internet» nos hace cuestionarnos si es posible para estos actores determinar e indicar cómo y cuándo podemos usarlo, incluso en un contexto de crisis. Lo cual debería de colocarnos en una posición de alerta, para evitar que esto se convierta en un precedente donde el sector privado y/o estatal tengan el poder de limitar nuestra libertad en el espacio digital. En especial en un contexto donde Internet es una gran herramienta para cubrir necesidades básicas.

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El problema de la falta de transparencia sobre los datos del Covid-19 en Perú

Van 65 días desde que empezó el Estado de Emergencia por el Covid-19 en Perú. Hay mucho que todavía no conocemos sobre cómo funciona esta epidemia y su impacto en nuestra salud. Pero también es bastante lo que estamos avanzando gracias a la intervención oportuna de autoridades y profesionales de la salud en todo el país, especialmente ahí donde menos recursos existen. Lamentablemente, de este tremendo esfuerzo, estamos aprendiendo muy poco como sociedad y continuamos tomando muchas decisiones a oscuras.

Esfuerzos parciales e insuficientes

Este problema ha sido señalado en múltiples oportunidades por diversos especialistas en salud, estadística y análisis de datos. La información públicamente disponible sobre el avance del Covid-19 en el país es escasa, irregular, y no se publica en formatos que puedan ser reutilizados. Esta omisión erosiona la confianza de las personas en sus autoridades, reduce artificialmente nuestro derecho a participar de las decisiones públicas y desafía cualquier interpretación del principio de transparencia estatal. Las pocas plataformas de información operadas por el Estado están construidas desde la perspectiva unidimensional de ofrecer un reporte estático del momento actual de la enfermedad y no la de informar sobre el alcance y efectividad de la intervención estatal propiciando un ecosistema de datos públicos. En ese sentido, no cumplen con el objetivo nacional de fomentar la participación ciudadana en el ciclo de políticas públicas. Asimismo los datos no se encuentran en un formatos estructurado y estandarizado que soporte la interoperabilidad y facilitar la comparación, la trazabilidad y la reutilización efectiva.

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13 de mayo: clase abierta sobre la salud de Internet en tiempos de pandemia

En los días de la pandemia Internet ha tomado un rol protagónico. Buscando reflexionar sobre cómo nos estamos relacionando con y por medio la tecnología el Programa de Comunicación de la Universidad Icesi en Cali, Colombia nos invita a hablar de la salud de Internet. ¿Cómo anda su salud? ¿Son la vigilancia, la violencia de género, la falta de alfabetización digital o la censura, enfermedades crónicas que se agudizan en tiempos de coronavirus? 

Sobre el evento: Violencias y resistencias digitales

Sobre esto hablaremos el miércoles 13 de mayo. Marieliv Flores, Directora de Activismo de nuestra organización y Denisse Albornoz, Directora de Investigación también de nuestra organización, junto a nuestra amiga Maria Juliana Soto de la organización aliada Acoso.Online, compartiremos información sobre qué es la violencia de género en Internet, cómo afecta nuestra salud y cómo afecta también la salud de Internet. Compartiremos tips sobre la importancia de identificar canales de denuncia y de idear estrategias de autocuidado que nos permitan resistir esta violencia y usar Internet de manera segura. También conversaremos sobre nuestro nuevo proyecto COVID-1984, el nuevo sitio de Hiperderecho que reúne información sobre cómo la pandemia está afectando nuestros derechos digitales.

¿Cómo participar?

Te esperamos este miércoles 13 en la charla que será transmitida en vivo por medio de la fanpage de el Programa de Comunicación de la Universidad Icesi a las 2pm.

 

Pandemia y neutralidad de red

El Reglamento de Neutralidad de Red en Perú prevé la posibilidad de que las empresas de telecomunicaciones incumplan el principio de neutralidad de red y gestionan el tráfico ante situaciones de Emergencia, como la actual. Sin embargo, ¿cómo han ido aplicando estas medidas las empresas operadoras en Perú? ¿cuán transparentes son? ¿existen medidas menos lesivas que la gestión de red?

La Neutralidad de Red es un mandato que se le impone a las empresas operadoras de telecomunicaciones de no poder, arbitrariamente, bloquear, interferir discriminar ni restringir el derecho de cualquier usuario a utilizar una aplicación o protocolo, independientemente de su origen, destino, naturaleza o propiedad, de acuerdo a lo previsto por el artículo 6 de la Ley de Banda Ancha. Esto significa que, según la ley peruana, las operadoras de telecomunicaciones no podrían hacer más lento o más rápido el tráfico de datos hacia una determinada aplicación o página web (ej. TikTok o Zoom); o priorizar el tráfico dependiendo del dispositivo de origen (ej. tratar preferentemente tráfico originado desde un computador frente a uno originado desde una consola de videojuegos o TV).

No obstante, este principio de neutralidad de red admite excepciones en nuestro ordenamiento jurídico. Entre otros supuestos, el artículo 10.3 del Reglamento de la Ley de Banda Ancha establece que las operadoras no requieren autorización de OSIPTEL para gestionar la red (e incumplir la neutralidad de red), entre otros supuestos, cuando obedezcan a medidas de emergencia para la gestión de sus redes.

Como mencionamos en la entrada anterior, a través de la Resolución de Presidencia N° 035-2020-PD/OSIPTEL se dispusieron medidas para que las empresas operadoras gestionen la red de acuerdo a medidas de emergencia permitidas por el Reglamento de Neutralidad de Red. Este Reglamento define que una situación de emergencia es un “evento que genera efectos adversos o potenciales efectos adversos a la Neutralidad de Red, afectando o pudiendo afectar la disponibilidad particular o total y/o el correcto funcionamiento esperado de servicios, aplicaciones, acceso a contenidos, protocolos o tráfico específicos disponibles a través del Servicio de Acceso al Internet”. Así, estos eventos pueden ser aquellos que:

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12 de mayo: Conversatorio virtual sobre Ciberdelitos y Acoso Virtual

Esta semana se viene el ciclo de conversatorios virtuales «Cero violencia en tiempos de cuarentena» organizado por la Subgerencia de Organizaciones Juveniles de la Municipalidad de Lima. Como parte de nuestro trabajo en temas relacionados a la violencia de género en línea, estaremos participando en uno de los paneles con la presentación “Acoso virtual: Qué es y cómo denunciarlo”, a cargo de Carlos Guerrero, Director de Políticas Públicas de nuestra organización. 

Sobre el evento

En estos tiempos de aislamiento, la violencia que se efectúa a través de Internet no se ha detenido y más bien ha aumentado debido al incremento de personas que utilizan la tecnología para diferentes actividades como estudiar, trabajar y mantenerse en contacto con su familia. En ese sentido, nuestra participación busca informar mejor al público sobre conceptos como la violencia en línea y la forma en que está se sanciona en el Perú.

El evento inicia el martes 12 y culmina el sábado 16 de mayo a partir de las 6 pm, contando con cuatro sesiones en donde se abordarán diferentes temas relacionados con la violencia en línea. Nuestra presentación será la primera a realizarse el martes 12  desde las […] pm. .

¿Cómo participar?

El conversatorio será transmitido a través de la página de Facebook Lima Joven, desde las cuales todos los asistentes pueden seguir la transmisión y escribir sus dudas y comentarios. No existen restricciones para la participación.  

Puede consultar más información y el programa completo del evento desde este enlace.

 

Las telecomunicaciones ante la emergencia nacional

La declaratoria de Estado de Emergencia nacional trajo consigo que gran parte de la población vea limitado su libre tránsito por el territorio nacional. Muchas empresas y entidades estatales implementaron sistemas de trabajo remoto, al tiempo que centros educativos de distintos niveles empezaron a usar Internet para el dictado de clases. Las actividades de entretenimiento en línea también aumentaron con más personas usando las plataformas de streaming o de videojuegos en línea. Todo ello, sin duda, ha incrementado el tráfico en Internet. ¿Cómo ha respondido ante ello el sector telecomunicaciones en nuestro país?

Incremento del tráfico

De acuerdo a reportes hechos por OSIPTEL, solo durante la primera semana de cuarentena (del 16 al 22 de marzo) el tráfico de datos en redes móviles creció entre 21% y 36% en redes fijas. La semana siguiente, entre el 23 y 27 de marzo, el tráfico en la red móvil se incrementó hasta un 20%, mientras que la red fija incrementó hasta un 42%. Las aplicaciones más populares en el país como WhatsApp, Netflix, Facebook, o TikTok también han visto aumentado su tráfico de datos en más de un 90% en redes fijas. Como podemos intuir, mientras más personas se quedan en casa más tiempo, el uso de Internet en casa incrementa y con ello uso de datos en distintas aplicaciones y el tráfico en general también.

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¿Seremos salvados por el Bluetooth?

En el artículo anterior de esta serie vimos las desventajas tanto de precisión como de consumo de energía del GPS y la triangulación. Además del evidente impacto en la privacidad y seguridad de las personas sometidas al monitoreo constante del gobierno. Frente a estas desventajas, se ha discutido una idea aparentemente innovadora que podría resolver todos los problemas anteriores: usar Bluetooth.

A diferencia del GPS, las aplicaciones basadas en Bluetooth tienen las siguientes ventajas:

  • Son más precisas en el trabajo de identificar un dispositivo cercano
  • Pueden funcionar en entornos cerrados donde la señal móvil es un problema como edificios o estacionamientos subterráneos
  • No necesitan estar conectado a una red o a Internet todo el tiempo para funcionar
  • No recogen la información de la localización geográfica ni el recorrido de sus usuarios
  • No consumen mucha energía del equipo

¿Pero cómo funciona una app de rastreo de contactos basada en Bluetooth? La propuesta de la mayoría de apps y plataformas que la han implementado o piensan hacerlo es la siguiente. Cada teléfono tiene asignado un identificador único que se emite mediante la señal Bluetooth, de tal manera que otro teléfono pueda «escuchar su identificador» cuando lo tenga cerca. Algo así como si cada teléfono gritara un pseudónimo de su dueño mientras este va por la calle. De esta manera, cada vez que un dispositivo detecte una señal cercana (o sea, escuchen los “gritos” de otro teléfono), almacenarán dicho identificador localmente, formando poco a poco un historial de todos los teléfonos, y por lo tanto personas, que han estado cerca del usuario.

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COVID-1984: La otra batalla que estamos perdiendo

En Hiperderecho, nos hemos mantenido bastante ocupados desde que empezó el Estado de Emergencia en Perú. Como organización, una de nuestras misiones centrales es facilitar el entendimiento público de los riesgos y oportunidades que la tecnología presenta para quienes usamos Internet. Conforme hemos trasladado más aspectos de nuestra vida a la red estas semanas, las situaciones de fricción entre la tecnología y nuestros derechos han aumentado.

Aunque actualmente divididos en tres ciudades del país, mis colegas y yo estamos trabajando para mostrarles cómo la emergencia del Covid-19 viene impactando nuestra vida. En diversos aspectos como la información que consumimos, la forma en la que se usan nuestros datos personales o cómo agrava la situación de comunidades en riesgo. A través de una serie especial de entradas en nuestro blog, estamos explicando a nivel legal y tecnológico los desafíos a la privacidad, la libre expresión o la seguridad de las personas que este escenario representa.

Nunca antes como hoy el Estado Peruano ha tenido tanto poder de vigilancia sobre nosotros y tan poca transparencia sobre cómo usa ese poder. En pocas semanas, el gobierno ha desplegado no una sino todas las estrategias posibles de respuesta. Existe una aplicación que recoge ubicación de desplazamientos y se espera también usar Bluetooth para el seguimiento de contactos. Se sabe, pero no existe mucha información pública al respecto, que también se usa la información agregada de los operadores de telecomunicaciones para monitorear concentraciones masivas de personas. Finalmente, también es posible que el Estado acceda a la geolocalización en tiempo real de usuarios individuales sospechosos de estar contagiados. En una nota periodística reciente, incluso se ha mencionado la intención de usar blockchain dentro de toda esta operación. ¿Cómo se articulan todas estas estrategias? ¿Quiénes están detrás de ellas? ¿Cuáles son sus límites?

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6 de mayo: El retorno del ex

Hablemos sobre acoso virtual durante esta cuarentena

Como ya hemos mencionado anteriormente, durante la cuarentena nos hemos percatado de un incremento en los casos de Violencia de Género Online (VGL) que llegan a Hiperderecho.

En ese contexto, hemos notado un fenómeno digital que consiste en ex parejas tratando de entablar contacto con nosotres bajo el pretexto de que necesitan sentirse acompañadxs en esta pandemia. Si bien es cierto no hay algo intrínsecamente negativo en mantener relaciones afectivas con ex parejas (depende mucho de la relación y del contexto). Si estas llamadas, mensajes o intentos por llamar nuestra atención nos empiezan a generar ansiedad, una sensación de inseguridad o miedo, podríamos estar ante una situación de acoso o de violencia virtual.

El fenómeno también se puede presentar de maneras más sutiles o dentro de comportamientos que hemos normalizado. Por ejemplo, tal vez somos nosotrxs quienes empezamos a revisar los perfiles de nuestras ex parejas en redes sociales más frecuentemente. Comenzamos a revisar sus fotos, con quien interactúa, quién aparece en sus historias, pero al tener más información sobre nuestra ex pareja, vemos cómo se empieza a deteriorar nuestra salud mental o emocional. O tal vez vemos el retorno de actitudes controladoras que buscan obtener una especie de control sobre nuestros espacios y vidas. Cuando usamos la tecnología para vigilar, acechar y usar esta información para controlar [a qué cosa o a quién], también estamos frente a una forma de violencia.

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